El Observatorio de Libertad Académica (OLA) se ha pronunciado en un comunicado publicado este viernes sobre el preocupante avance de la violencia en las escuelas cubanas, reflejado de manera trágica en el asesinato de un estudiante de 16 años en un centro educativo de la isla, incidente en el que estuvieron implicados al menos 13 de sus compañeros.
El joven Leandro Baró Lameiro falleció después de recibir múltiples puñaladas el pasado 29 de septiembre, hecho que conmocionó a los cubanos y generó un intenso debate sobre la seguridad en las instituciones educativas de la isla.
A pesar de la gravedad del evento, las autoridades cubanas no se han pronunciado de manera oficial y directa sobre el hecho, lo que deja una sensación de indefensión y falta de respuesta oficial ante delitos de tal magnitud dentro de los entornos escolares.
Según reportes independientes, el adolescente murió al día siguiente en un hospital pediátrico, después de que sus familiares hicieran un llamado urgente en redes sociales solicitando donaciones de plasma para una transfusión de sangre.
El suceso ha desencadenado una serie de cuestionamientos acerca de las medidas de seguridad y prevención de agresiones en los centros educativos de Cuba.
Las implicaciones de este incidente son complejas y se ramifican más allá de los muros del establecimiento escolar. Las propias declaraciones de directivos de centros educativos implicados revelan una realidad preocupante: incidentes de violencia previos y una comunidad que parece cerrarse sobre sí misma al rehusar cooperar con las investigaciones.
El Observatorio de Libertad Académica apunta a la necesidad de que el Ministerio de Educación cubano (MINED) implemente estrategias efectivas para prevenir conflictos entre estudiantes dentro de los recintos educativos.
Es esencial establecer controles que impidan que los alumnos puedan ingresar a las escuelas con armas, así como abordar la preocupante tendencia del acoso escolar.
El reciente asesinato de Leandro Baró Lameiro se suma a un patrón de eventos de violencia que han resonado en la isla, incluyendo el homicidio de una profesora en Villa Clara durante un intento fallido de mediar durante una disputa entre dos niñas.
Según la citada organización independiente, estos sucesos son indicativos de una creciente naturalización de la violencia en la sociedad cubana, que ahora parece reproducirse entre los más jóvenes.
El Observatorio de Libertad Académica insiste en que la violencia intraescolar no puede verse de manera aislada, sino como parte de los síntomas de un ambiente estudiantil donde la violencia ha encontrado un campo fértil para su desarrollo.
En este contexto, la responsabilidad no recae sólo sobre las familias, cuya estructura se encuentra en crisis, sino también sobre las instituciones educativas y el sistema de gobierno, que debe revisar sus políticas para garantizar un entorno seguro para los estudiantes.
El Observatorio de Libertad Académica se proyecta como un centro de pensamiento estratégico encargado de concentrar todos los sectores académicos independientes cubanos de adentro y de afuera de la isla en denuncia de todos los casos de violación de los Derechos Humanos al interior de las universidades cubanas.
OLA afirma estar comprometido con la construcción de una memoria histórica que de cuenta de las múltiples violaciones de los Derechos Humanos por parte del régimen instaurado en la isla a partir de 1959, contra estudiantes y profesores al interior de las universidades.
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