Ya está casi terminado el Hotel K23 en el habanero barrio de El Vedado, según demuestran imágenes compartidas por cubanos en las redes sociales.
El régimen, en medio de la crisis energética, ha dejado un guiño de humor negro para los cubanos, iluminando las habitaciones del que será el hotel más alto del país, de forma que vean su nombre desde distintos puntos de la ciudad, aunque esos barrios puedan estar a oscuras por apagones.
Las luces del edificio, aún en construcción, dejaban ver el mensaje "K-23" como un anuncio llamativo para turistas, los únicos que podrán disfrutar de este naciente hito urbano.
El Hotel K23 tendrá más de 500 habitaciones y medirá más de 154 metros de altura. Tiene una ubicación especial, en el corazón de La Habana y un paisaje impresionante con vistas a la ciudad y al mar.
Su construcción ha estado marcada por numerosas críticas porque se produce en un contexto de extremas carencias en Cuba, con aumento de la pobreza y colapso del sistema de salud pública.
El gobierno cubano está invirtiendo, desde hace varios años, más en el desarrollo de infraestructuras para el turismo que en salud pública y asistencia social.
Así lo demuestran los datos del primer semestre de 2023, según un informe de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI). La inversión de enero a junio en salud y asistencia social fue de 583,3 millones de pesos, pero se destinó 2.325,3 millones a hoteles y restaurantes.
El Hotel K23 recibí duras críticas al inicio de su construcción porque los cristales emitían un brillo cegador que afectaba a los conductores que circulan por la concurrida calle 23, desde entonces la llamativa torre no ha encajado con mucho cariño en la capital cubana.
Este polémico hotel en construcción pertenece al conglomerado militar GAESA que controla la mayoría de la infraestructura hotelera en Cuba.
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