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El Departamento de Estado de los Estados Unidos incluyó a un grupo de naciones, entre ellas a Cuba y a Nicaragua, en una lista de “países que concitan especial preocupación por haber perpetrado o tolerado violaciones particularmente graves de la libertad religiosa”, según una declaración emitida, el pasado jueves 4 de enero, por el secretario de Estado Antony J. Blinken.
Los países identificados por el organismo gubernamental en ese apartado del listado, incluyen también a Birmania, la República Popular China, la República Popular Democrática de Corea (RPDC), Eritrea, Irán, Pakistán, Rusia, Arabia Saudita, Tayikistán y Turkmenistán.
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Aunque no se aclaran las principales causas que han llevado a sumar a estos países al listado, el secretario de Estado argumentó que se basan en el compromiso de “promover la libertad de religión o credo”, el cual “ha sido un objetivo central de la política exterior de Estados Unidos desde que el Congreso aprobó y promulgó la Ley sobre Libertad Religiosa Internacional en 1998”.
El ministro cubano de Relaciones Exteriores Bruno Rodríguez Parrilla justificó esta decisión en X, anteriormente red social Twitter, como una necesidad del gobierno de Estados Unidos de “justificar sus medidas inhumanas de cerco y guerra económica contra pueblo cubano”.
Lo que obvia el canciller Rodríguez Parrilla es que son abundantes las pruebas de la falta de integridad del gobierno cubano en sus actuaciones con la comunidad religiosa en la isla. Solamente, en 2022 el Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH) contabilizó más de un millar de actuaciones contra el ejercicio de las libertades religiosas en Cuba.
En un comunicado de prensa publicado a mediados de enero de 2023, ese organismo denunció que en total se notificaron 1,030 acciones de las autoridades contra las libertades religiosas en el país.
También, el informe anual sobre Libertad Religiosa Internacional del Departamento de Estado de EE. UU., afirmó que el régimen cubano intensificó represión contra líderes y activistas cristianos durante 2022.
El gobierno cubano continuó deteniendo a líderes religiosos de múltiples comunidades religiosas y contra los que dictó duras sentencias de prisión por participar en las protestas de julio de 2021, precisa el documento.
En octubre pasado, el propio gobierno estadounidense pidió la puesta en libertad de dos líderes religiosos cubanos a quienes el régimen castrista mantiene en prisión.
Brian Nichols, subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado, recordó en su cuenta de Twitter a Loreto Hernández García y al reverendo Lorenzo Rosales Fajardo, ambos presos por su participación en las protestas del 11J.
El pasado año, una de las festividades religiosas significativas en Cuba como la procesión de la Virgen de la Caridad fue prohibida a la comunidad católica de Esmeralda, en Camagüey.
Mientras, en el país aumenta el hambre y escasean los medicamentos y el combustible. En resumen, "se hunde la vida de la gente", subrayó el sacerdote Alberto Reyes.
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