Las provincias de Santiago de Cuba y Guantánamo se quedaron este sábado a oscuras por la salida de servicio de la central flotante (patana) turca que se encuentra atracada en la Bahía de Santiago y sincronizada al Sistema electroenergético Nacional (SEN).
“A las 09:04 pm ocurre una falla interna en la generación flotante de Santiago que desencadenó salidas de servicio de las líneas de 110 kV de las provincias de Santiago de Cuba y Guantánamo, a las 10:25 pm. Quedó restablecida la afectación. Se determina la causa raíz del fallo en la central flotante para su posterior puesta en servicio”, indicó escuetamente la Unión Eléctrica de Cuba (UNE) en un comunicado.
Acorde a la explicación ofrecida por la empresa estatal, el masivo apagón se debió a una “falla interna” que se está investigando. Sin embargo, en su edición de este sábado, el oficialista periódico Trabajadores avisó de apagones por averías en seis termoeléctricas, que provocarían “déficit en la capacidad de generación”.
“También se reduce la capacidad de suministro del sistema eléctrico por la paralización de la central flotante (patana) ubicada en Santiago de Cuba por falta de combustible”, alertó la nota del medio oficialista.
¿Falta de combustible o falla interna? Una vez más, la información ofrecida por la UNE resulta imprecisa e incompleta, dejando ver las manipulaciones que caracterizan a la política de información de la empresa que dirige Alfredo López Valdés.
A finales de marzo, la central eléctrica flotante KPS Irem Sultan arribó a la bahía de Santiago de Cuba. Según declaraciones de Raimundo González Guillén, director general de la Central Termoeléctrica Antonio Maceo (Renté), la patana ya tenía sus seis motores operando y aportando 95 MW de generación al SEN.
El directivo explicó que "tal resultado refleja la calidad de la preparación previa en el sitio destinado al anclaje de la instalación, el suministro seguro de combustible y la efectiva sincronización al SEN".
En febrero, López Valdés había anunciado que desplazarían una unidad de “generación móvil” al oriente de Cuba para paliar la aguda crisis electroenergética que había provocado cuatro apagones masivos en menos de 10 días.
Sin embargo, en abril una central eléctrica flotante turca de 240 MW abandonó el puerto de La Habana con destino a Santiago de Cuba para sustituir a la Irem Sultan. Según el periodista oficialista Lázaro Manuel Alonso, la Irem Sultán ya había cumplido “su tiempo de contrato en Cuba”.
Las centrales eléctricas flotantes operan en Cuba desde 2019 y son fruto de un acuerdo entre la isla y la empresa turca Karadeniz Holding. El régimen cubano llegó a tener contratadas hasta ocho patanas de esta empresa, a pesar de la opinión mayoritaria de expertos acerca de su ineficacia para dar solución a la grave crisis que atraviesa el SEN.
"Este tipo de embarcaciones con tecnología energética permite dar mantenimiento a otras centrales termoeléctricas, contribuyen a incrementar la reserva nacional y sustituyen el uso de diésel, uno de los combustibles más caros en la generación eléctrica", señaló la prensa santiaguera en marzo pasado. Sin embargo, comienza 2024 y ni patanas ni correcciones de “distorsiones” acaban de solucionar el grave problema de los apagones en Cuba.
El pronóstico de la UNE para este sábado, avisó de afectaciones de 821 MW en el horario pico, fundamentalmente por déficit de combustible en la generación distribuida.
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