Médicos cubanos extirparon con éxito un tumor maligno que tenía una niña de nueve años en su ovario derecho.
Naila Ayrado Rivero, anestesióloga del Hospital Pediátrico de Centro Habana, relató lo sucedido a la pequeña Carolyn, a quien el 19 de agosto pasado su mamá le descubrió un aumento de volumen en el abdomen.
Al llevarla al hospital y reconocerla, los médicos pensaron inicialmente que podría ser una menstruación precoz retenida en el útero, aunque la niña nunca tuvo sangrado ni dolor.
"Al parecer, el tumor fue creciendo hasta ya no tener demasiado espacio dentro de la cavidad, pero con la actividad física intensa y el tipo de ejercicio que hizo jugando, desplazó el mismo hacia adelante hasta abultar la pared abdominal. En el Pediátrico se descarta que fuera el periodo (menstruación) y confirman la tumoración, pero no se supo hasta que se hace la tomografía contrastada que se trataba de un teratoma de ovario derecho Grado ll", detalló la doctora en Facebook.
Según explicó, estos tumores son casi siempre benignos. Están formados por células diferentes del período embrionario, por eso tienen pelos, dientes, huesos, cartílagos y hasta tejidos de ojos, cerebro e hígado, lo que les da un aspecto desagradable que origina el nombre de teratoma: tera en latín es monstruo y toma es tumor.
"Inmediatamente después del diagnóstico radiológico se realizó la cirugía y se extirpó por completo, afortunadamente y por la rapidez entre el diagnóstico y la cirugía. Estaba encapsulado y no había metástasis en órganos vecinos, solo algunos pequeños ganglios en el peritoneo, que es por lo que constituye un Grado ll y la razón de los cuatro ciclos de quimioterapia indicados para controlar la enfermedad oncológica y evitar las ramificaciones metastásicas a otras regiones", precisa la publicación.
Recientemente Carolyn terminó el tercer ciclo, pero tuvo una aplasia medular (desaparición de las células que producen la sangre en la médula ósea) que no es frecuente en esos casos, pero que puede ocurrir.
"Bajaron mucho sus plaquetas, aumentando el riesgo de sangrados y otras complicaciones, pero se tomaron todas las medidas para corregirlo, gracias a Dios ya está mejor y sus niveles plaquetarios subieron", señaló Ayrado Rivero.
"Dios es grande, además, el trabajo mancomunado de los oncopediatras y especialistas del Instituto de Oncología y Radiobiología, unido al cuidado de los padres, va dando buenos resultados. Es un camino largo y tortuoso, como les he dicho otras veces, pero generalmente cuando se diagnostica a tiempo las posibilidades aumentan para un buen resultado", recalcó.
Por su parte, la paciente está feliz porque pronto volverá a su escuela con sus amiguitos.
"Les regalo hermosas fotos de la muñeca de hoy y su hermanita junto a sus padres. Los invito a dejarle sus mensajes de cariño, como siempre, y les aseguro que los leerán ella y sus padres", expresó la especialista.
En septiembre pasado, un equipo del hospital pediátrico de Villa Clara le extirpó un enorme tumor a un bebé de solo seis días de nacido, y en menos de un mes ya estaba de alta.
Al niño le habían diagnosticado desde antes de nacer un neuroblastoma clásico -una forma de cáncer infantil que se da comúnmente en el primer año de edad- en la glándula suprarrenal derecha. Los médicos decidieron operarlo pronto y lograron sacar la totalidad del tumor.
"Ahora puede desarrollar una vida normal porque ya es un niño totalmente sano", dijo la reportera oficialista Belkis Vidal.
En junio pasado, también en Villa Clara, trascendió la realización de una compleja cirugía a un cubano de 70 años para extirparle un tumor de 10 libras que tenía alojado en el hemitórax izquierdo y le colapsaba el pulmón.
Meses antes, médicos cubanos extrajeron un tumor de 11 libras a un paciente de 38 años de Isla de la Juventud que sufre de neurofibromatosis, enfermedad genética por la cual se forman tumores benignos en toda la piel.
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