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De aquella etapa de oro que atrajo a cientos de miles de aficionados a las canchas del país, cuando se desarrolló la Liga Superior de Básquet, viene a las páginas de CiberCuba un excelente jugador, base, que responde al nombre de Radbel Hechavarría.
Conversar con él refresca jugadas, donqueos, disputas tras el balón, a pesar de él no haber jugado en un equipo ganador: Occidentales.
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¿Inicios de Radbel en el apasionante juego de las canastas?
Comencé a la edad de 10 años, bajo las orientaciones de un señor conocido por el sobrenombre de “Macho”, el cual se dio cuenta de que yo desperdiciaba mi talento en pelearme siempre en el barrio. Fue así que un día me comentó si quería jugar baloncesto y yo le contesté que ¿qué era?
Ahí mismo empecé a entrenar con él, enfrente de su casa; es decir, en la calle, donde había un poste con un aro. Así me inicié; todas las tardes entrenábamos ahí.
¿Siempre fuiste base, te gustaba organizar?
Siempre fui anotador, me encantaba tirar al aro y encestar pero un día, jugando con los Juveniles contra la selección nacional de mayores, Miguelito Calderón, DT de elencos capitalinos y del equipo CUBA, le dijo a mi entrenador que en esa época era Néstor Trujillo que me pasara a jugar de base. A partir de ahí pude combinar mis dos pasiones: anotar y tener control del juego que es la labor del defensa organizador o base.
¿Fuiste de la pirámide del alto rendimiento?
Sí pues estuve desde Pre EIDE, EIDE, ESPA provincial, ESPA nacional y luego Cerro Pelado… En el seleccionado mayor, desde 1993 hasta 2000, siempre bajo la égida de Miguel Calderón, del cual aprendí muchísimo. De cierta forma, él forma parte de mi ADN como entrenador, aunque marcando diferencias en cuanto al trato y manejo del grupo, ya que yo me muevo en el ámbito profesional.
En la Selección Nacional Juvenil de Cuba jugué varios torneos internacionales en el lustro comprendido entre 1990 y 1995 mientras sobresalientes entre los adultos fueron los Panamericanos de Winnipeg, Canadá´99; Preolímpico San Juan, Puerto Rico´97; Centro Básquet, La Habana, Cuba´97 y Centro Básquet´99 Honduras; en estas dos últimas competencias fuimos campeones.
Además estuvimos en el Torneo de Navidad en Haarlem, Holanda´96, Premundial de Montevideo, Uruguay´96, Torneo Campeones de Clubes FIBA´96 y en 1995, Preolímpico. Neuquén, Argentina.
España, Uruguay, Bolivia, El Salvador, Panamá, Brasil, Venezuela, Italia, República Dominicana y México son algunos de los países donde jugara Radbel Hechavarría formando parte de la selección nacional cubana.
Tú jugaste en la LSB con Occidentales, un equipo no ganador, pero supiste lo que representó para el básquet cubano esa Liga: el buen ambiente, las canchas repletas; muchos dicen que el básquet se fue por encima del béisbol ¿qué recuerdas de eso, cómo te fue?
Transité la Liga Superior con Occidentales, conjunto carente de identidad: proveníamos de provincias distintas, siempre nos cambian al entrenador. No supimos ganar a pesar de poseer muy buenos jugadores, individualmente.
Un equipo con José Luis Díaz, Mago Ponte, el “Yuca” Rosell como organizadores; René González, un escolta capaz; ala pívot, Eliécer Rojas y pivots como Félix Morales y Pedro Cobarrubias, en su mayoría integrantes de la selección nacional, era para haber logrado aunque fuera un título.
Con respecto al espectáculo creo que llegamos a ser el más visto; había figuras de todos los ámbitos, dado al nivel de los equipos, que a la vez eran respaldados con resultados a nivel del área.
A propósito ¿qué recuerdas de tu paso por la selección nacional?
En cuanto a compañeros tuve a Ángel Oscar Caballero, Leopoldo Vázquez, Sergio Ferrer, Héctor Pino, Amiel Vega, Lázaro Borrell, Roberto Simón, Richard Matienzo, Yudi Abreu, Leonardo Pérez, Roberto Carlos y el Junior Herrera, Augusto Duquesne, entre muchos otros.
Indiscutiblemente una era dorada del básquet para varones que ahora no existe.
Efectivamente. Mi mayor emoción fue ganar en la HABANA 1999 el torneo Centrobasquet.
¿Quinteto ideal del básquet cubano, masculino, de todos los tiempos?
Base: Roberto Carlos Herrera; escolta: Leonardo Pérez; alero, el Ninja Caballero; ala pívot, Lázaro Borrell y pivot, Richard Matienzo.
¿A qué edad dices adiós del CUBA?
Tras los Juegos Panamericanos de Winnipeg'99 regresé sin motivación para jugar debido a situaciones ajenas al deporte en sí; siempre existen trabas y se trata de cambiar todo. Sin embargo, al salir volví a jugar y lo hice bien.
Así es. Desde 2001 hasta 2017 el cubano compitió en distintos clubes de la Liga Metropolitana Argentina: club Platense, Naútico Hacoaj, club deportivo Morón, Castelar así como con el Peñarol de la liga boliviana y el club de Economía, Orubo, Bolivia.
¿Te fue fácil el paso el atleta a entrenador?
La verdad es que me fue fácil. Al jugar toda la vida de base (defensa organizador, ya su nombre lo indica) era como un entrenador en cancha y estaba acostumbrado a manejar grupos.
Además, reconozco que en mí ha sido decisiva la Escuela de Entrenadores Argentinos, verdaderos pedagogos que me han hecho dar pasos en la consecución de ser un DT en el básquet profesional. No ha sido fácil; en Cuba yo era jugador, aquí me convertí en entrenador. A Argentina le debo lo que soy hoy.
Como entrenador y asistente, el cubano se ha hecho presente en Racing Lawn Tennis San Cristóbal Santa Fé u-17 en 2018; en el 2020, la Liga de Desarrollo, club Ferrocarril Oeste; 2023, club Calero de Potosí, mayores y La Salle, Tarija, en la Liga Nacional.
He visto fotos donde apareces dirigiendo niñas o muchachos ¿se te hace difícil alguno, cuál prefieres?
No hay diferencias entre dirigir mujeres o varones; simplemente, las chicas suelen ser más aplicadas en cuanto a la técnica individual pero la metodología es la misma, tienen las mismas exigencias y son hasta más competitivas.
¿Actualidad de Radbel?
Me encuentro en un nuevo proyecto en el club Leones de Potosí, actual campeón de la liga boliviana.
¿Familia?
Mi familia aquí en Argentina comenzó con una historia muy bonita. Mi esposa Eugenia Zeballos y yo nos conocimos cuando la selección cubana venía a jugar a Argentina; con el tiempo nos casamos y formamos esta hermosa familia que además integran nuestros hijos, Camilo de 16 años y Ana Laura, 21. Puedo decirte que lo nuestro fue un flechazo de Cupido, amor a primera vista que se sostiene y multiplica con el decursar de los días.
El básquet cubano llegó a alcanzar podio olímpico en el caso de los varones y mundial en el de las niñas… ¡ahora no hay nada! ¿Qué opinión te merece el básquet cubano actual?
En relación con los resultados del pasado, fueron excelentes. Nuestro baloncesto, en uno y otro sexos, se codeaba con la élite no sólo del continente sino del planeta; pero todo eso ha quedado a la zaga.
El mundo cambió y el deporte en general, también. En el caso de nuestro deporte ni hablar. Hoy día tienes que estar capacitándote constantemente. Hay que estar insertado en ligas fuera de Cuba y no sólo te hablo de los basquetbolistas sino te hablo de los directores técnicos.
Se palpa la diferencia entre los jugadores y jugadoras que juegan afuera con los dt, el autoritarismo no va más en estos tiempos, antes nuestros dt eran top en América en cuanto metodología de trabajo pero ahora están desactualizados no puede ser músicos, poetas y locos, es decir, todo cuerpo técnico debe tener un pf, analista de videos scouting, asistente ofensivo, defensivo, coach principal, pero se pretende que porque sos licenciado en cultura física debes hacer todo y no es así pero bueno es mi criterio.
En cuanto a la contrataciones me parece excelente ojalá nosotros hubiéramos tenido esa posibilidad, por eso me molesta el ver los malos resultados en los últimos torneos en ambas ramas, y muchas personas echándoles las culpa a los jugadores, jugadoras, por favor, analicen bien las cosas y vean que nuestros dt no están a la altura de lo que necesitan nuestros jugadores, jugadoras, por favor, condiciones mínimas de las cuales disponen en sus clubes; y eso es un tema para otra entrevista.
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