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Una familia denunció en redes sociales la muerte por presunta negligencia médica de un bebé recién nacido en el Hospital General Docente Enrique Cabrera Cossío, conocido popularmente como “Hospital Nacional”, en La Habana.
La internauta Arianna Torres Zalas, quien se identificó como prima de la madre que sufrió la terrible pérdida, relató cómo se desarrollaron los acontecimientos, que tuvieron lugar entre el 24 y el 27 de enero.
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La fuente -quien quiere que su denuncia se difunda ampliamente y pide justicia para el caso- explicó que el pasado 24 de enero ingresó en el citado hospital su prima, Leyanet Torres, de 17 años y con 40 semanas de un embarazo sano, muy deseado por la familia y que careció de complicaciones durante el período de gestación.
Cuenta que el mismo día del ingreso la joven empezó con dolores y la llevaron para la sala de preparto. Sin embargo, allí empezó la odisea.
“Los médicos nunca le pidieron su tarjetón de embarazo, algo que se debe de hacer para conocer la trayectoria de la gestante”, explica Arianna, que según su perfil en redes sociales es enfermera.
Torres Zalas añade que su prima tenía un centímetro de dilatación desde el ingreso y que cuando llegó a preparto ya había dilatado a dos.
Se rompió la bolsa amniótica y comenzó a expulsar un líquido de color oscuro, que advertía de la presencia del “meconio”, es decir, de las primeras heces fecales de un recién nacido, algo que puede ser muy peligroso en caso de que el menor todavía esté en el vientre materno.
Le dijo a la doctora que estaba de guardia que le hiciera la cesárea porque a ella le llamaba la atención la cantidad de líquido y el color.
“La doctora le dice con muy mala forma que ella tenía que aguantar, y la dejaron sola y se fueron a dormir”, añade la fuente, quien asegura que incluso le pidieron dinero a los familiares para la cesárea.
“Le pidieron a los familiares dinero para la cesárea, el cual no se le dio y por eso maltrataron mucho a mi prima”, acota la fuente en lo que constituye una dolorosa declaración.
Dice que los médicos después de dormir, a las 3 a.m. decidieron hacerla parir con solo dos centímetros de dilatación. El niño nació con un peso superior a las ocho libras.
“Se demoró en llorar. No dejaron que su mamá lo viera. Ella no pudo abrazar a su hijo. No le dieron esa oportunidad. La madre solo anhelaba tener a su hijo en sus brazos y ellos le negaron ese derecho”, lamenta Torres Zalas.
Le dijeron que el bebé estaba bien y que solo estaría en observación durante unas horas.
Sin embargo, luego les dijeron que el bebé estaba crítico y sobre la 1 a.m. del 27 de enero les informaron que el menor había fallecido.
“Aún no lo entendemos. Solo sabemos que mataron al niño. Queremos justicia, que los asesinos paguen”, concluyó Arianna Torres, quien precisa que la familia asegura no descansará en su afán de buscar justicia para lo que consideran una atroz negligencia médica.
Hasta el cierre de esta nota no hay otros detalles sobre la estremecedora denuncia.
En los últimos años son varios los casos de familias que han dado a conocer en redes sociales la muerte de bebés recién nacidos y/o el fallecimiento de sus madres tras presuntos casos de negligencia médica.
Partos rotos
Una importante investigación periodística publicada en 2021 bajo el título "Partos rotos" arrojó que cientos de mujeres han sido víctimas de violencia obstétrica en Cuba en los últimos años.
Un sitio web creado a tal efecto dio a conocer testimonios, estadísticas y análisis del tema. Un total de 514 cuestionarios respondidos por madres cubanas -de las cuales el 60% tuvieron a sus hijos por parto natural y el 40% por cesárea- evidenció la falta de empatía y de información por parte del personal de salud cubano.
La investigación arrojó falta de profesionalismo y sensibilidad del personal médico, que ha llegado a ofender a las mujeres en pleno trabajo de parto.
También determinó las manifestaciones más comunes de maltrato, entre ellas, ignorarlas o negarles sus pedidos, no ofrecerles analgésicos en momentos de dolor, no llamarlas por su nombre sino por apodos despectivos, gritarles y responsabilizarlas por algún percance.
Uno de los detalles más alarmantes que reveló la investigación es la práctica de procedimientos obsoletos, como la maniobra de Kristeller, practicada al 44 por ciento de las encuestadas, que consiste en apretar a la embarazada por las costillas, y presionar hacia abajo para conducir al bebé al canal de parto.
En ocasiones, los médicos incluso se suben sobre las mujeres durante el trabajo de parto, para ejercer más presión. Por ser una maniobra que puede poner en riesgo las vidas de la madre y el niño, desde 2014 la OMS está aconsejando no sea practicada.
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