En la memoria de los cubanos, el llamado “Período Especial” de los años 90 quedó como un referente del deterioro de las condiciones de vida en Cuba. Sin embargo, la actual crisis socioeconómica es percibida por muchos como “peor” que la de entonces.
La caída del bloque de países comunistas en aquellos años dejó hundida la economía del régimen cubano, enfermizamente dependiente de los subsidios y relaciones comerciales preferentes de la Unión Soviética y de sus satélites de Europa del Este.
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La población cubana sintió de inmediato los efectos de una crisis provocada por el colapso del comunismo, que se reflejó en una notable reducción de la importación de los combustibles, crisis energética con aumento de apagones, cuasi paralización del transporte, la agricultura y la actividad económica en general en campos y ciudades.
Además, la escasez generalizada propició un aumento de la economía informal y a la devaluación del peso frente a las divisas. El régimen reaccionó liberalizando la tenencia de dólares y creando la dualidad monetaria que infructuosamente intentó corregir el reciente y fracasado “ordenamiento monetario y económico”. También se le dio prioridad a las remesas y el turismo como motores de la economía.
La situación tuvo repercusiones en la salud de los cubanos, que empezaron a sentir los efectos de la malnutrición, el aumento de la mortalidad materno-infantil y las enfermedades mentales. Se produjeron protestas en el país, sobresaliendo la del Maleconazo de 1994 (de la que se cumplen 30 años en agosto) y la crisis migratoria de los balseros.
A pesar de las similitudes con el momento actual, la percepción generalizada entre los cubanos mayores de 30 años es que la crisis del gobierno de la “continuidad” de Miguel Díaz-Canel es todavía peor que la del “período especial” del dictador Fidel Castro.
Mientras que aquel consiguió, más o menos, remontar la situación en un plazo de cinco años, la crisis actual lleva instalada en el país desde la “coyuntura” de 2019, y no ha hecho más que agudizarse, acentuando la pobreza y desigualdad entre los cubanos.
Desde la “coyuntura económica” de Díaz-Canel, los cubanos han visto deteriorarse aún más sus precarias condiciones de vida y experimentado un colapso inédito de los servicios públicos, desde la salud, hasta el transporte y la educación.
La ruina económica es evidente y así lo demuestran los peores indicadores de la historia de la industria azucarera cubana y el campo en general, así como la caída del turismo, agravada con la pandemia de coronavirus.
Artículos publicados en CiberCuba desde entonces (2018) muestran que la percepción de los cubanos es que se venía otro “período especial”, o algo peor. A día de hoy, esta percepción se ha visto confirmada, según la opinión de varios entrevistados a comienzos de febrero por el medio independiente CubaNet.
“Nosotros no hemos salido de un periodo especial. Yo nací en el 91, desde que nací yo estuve viviendo un periodo especial constante”; “No, no, este país nunca ha salido del periodo especial. No, este está peor que el periodo especial”; “No, no, este está peor, ¿verdad? Este está peor, ya como esto no hay nada”, opinaron cubanos preguntados por el citado medio.
“Yo creo que de ese periodo nunca hemos salido”, “Yo creo que lo que estamos viviendo es peor que el periodo especial. Yo creo que nunca se acabó el periodo especial”; “No, no, no, esto de ahora es peor. Nunca se había visto algo así. Jamás”, manifestaron otros.
“A mi hijo hoy, te lo juro, yo tuve que hacerle una tortilla de un huevo por la mañana para que desayunara, y una de un huevo para que se llevara para la escuela porque yo no tenía pan para darle”; “El periodo especial no fue tan grave como ahora. Fue difícil, pero todo apareció y no al precio que es ahora. Porque ahora los precios son cada día más altos”.
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