El joven cubano Dayan Sotolongo, que sufre linfedema en ambas piernas, clama por una visa humanitaria para recibir tratamiento y volver a caminar.
Dayan tiene 19 años y los médicos cubanos, tras numerosas consultas en distintos hospitales del país, le dijeron que se fuera a su casa porque no tenían respuestas para su enfermedad.
"No sé qué provoca la hinchazón de mis piernas. Por eso subí mi video, porque aquí los médicos no me dicen nada. Hace un año y medio me diagnosticaron en el Hospital William Soler como un caso sin solución", cuenta el joven en entrevista con CiberCuba.
Dayan, no tiene un diagnóstico certero, y por tanto no recibe tratamiento médico para su enfermedad. Está abandonado a su suerte, en un apartamento de un cuarto piso, en Santa Lucía, poblado del municipio Minas de Matahambre, en Pinar del Rio.
La madre de Dayan falleció por un infarto cuando él tenía cinco años. La familia marchó a vivir en Guantánamo durante un tiempo. Fue allí donde el joven comenzó a sufrir los efectos del linfedema, cuando tenía solo 12 años de edad.
"Allá me dicen que es un linfedema que me estaba saliendo por tener menos vasos linfáticos en los pies, que era algo congénito. Al darme la linfangitis y matármela una y otra vez sin tratármela, llegado un tiempo eso me dejó casi completamente sin vasos linfáticos en los pies", explica Dayan.
A su compleja situación de salud, y a la ausencia de su madre, se sumó el dolor de la muerte de su papá.
"Mi padre falleció hace un año y medio. Le estaban haciendo hemodiálisis porque tenía un problema en un riñón. Nos quedamos huérfanos mi hermana (Dayanis Sotolongo) y yo. Vivimos aquí en Santa Lucía, solos. El gobierno me paga 1,500 pesos por mi chequera de asistencia social. Nunca me han dado nada más", comentó.
Hace pocos días Dayan decidió sacar a la luz su caso, exponerse en las redes sociales para pedir ayuda, porque la espera por una asistencia médica del gobierno cubano sabía que no llegaría.
"A partir de que subí el video contando mi historia, vinieron a visitarme personas del Partido Comunista de Cuba y médicos, gente que yo nunca antes conocí. Dijeron que me iban a empezar a ayudar y van pasando los días pero hasta ahora no he visto nada", dijo el joven.
"Sé que en otros países del mundo hay una máquina, que puede detectar qué es lo que produce la inflamación en mis piernas. No las hay aquí en Cuba. Es para hacer una linfografía. Nunca me han hecho esa prueba y eso podría dar respuestas a los médicos y solución a mis problemas de salud".
Dayan pide una visa humanitaria porque en el sistema de Salud Pública de Cuba durante siete años no han tenido solución para su caso y todo parece indicar que en el futuro inmediato tampoco la tendrán.
Él es todavía un adolescente, está lleno de energía y sueños por cumplir, pero la incapacidad de las instituciones médicas de la isla lo están condenado a vivir postrado.
Esa realidad puede cambiar porque hay centros de salud en Estados Unidos, y según explica Dayán también en España, que están dispuestos a estudiar su caso y darle tratamiento fuera de la isla.
"Lo único que les puedo pedir es que, por favor, den un aviso para una ayuda humanitaria. Necesito ir con mi hermana a Estados Unidos u otro país donde me puedan curar los pies. Quisiera estar bien, ser igual que otros jóvenes, hacer mi vida normal, crear un día mi propia familia. Es lo único que pido. Aquí en Cuba sé que no lo voy a lograr, porque no hay nada".
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