Grandes montones de basura acumulada, donde suele verse a personas rebuscando algo de valor o sencillamente para comer, forman parte del paisaje urbano del municipio Centro Habana de la capital cubana.
Convertido en una ruina y basurero gigante, el municipio más densamente poblado de Cuba ve pasar el tiempo sin que se resuelvan los problemas que aquejan a sus habitantes, ya sea desde el derrumbe de viviendas hasta la falta de agua potable, o la proliferación de basureros y escombreras en sus esquinas.
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Focos de infecciones y problemas epidemiológicos, los basureros de Centro Habana están expuestos a la vista de los pocos turistas que hoy día se animan a circular por las calles de la capital.
Con 140,233 residentes y un área de 3,42 kilómetros cuadrados (km2), el municipio más pequeño de la capital tiene una densidad poblacional de 41,004 personas por km2. La basura en Centro Habana se corresponde ostensiblemente con estas cifras, según las imágenes captadas por el medio independiente CubaNet.
Compartido este lunes a través de sus redes sociales, el video capta una lacerante realidad para los habaneros, que observan indignados la incapacidad de las autoridades para resolver un problema que, más allá de la mala imagen que proyecta, afecta a la salud pública de las personas.
“La basura se ha vuelto un dilema en los últimos meses en La Habana. Toneladas de desechos que esperan ser recogidas son la realidad de muchos barrios de la capital cubana”, reconocía a mediados de noviembre el periodista oficialista Lázaro Manuel Alonso.
A finales de agosto, el primer ministro Manuel Marrero Cruz dijo que "la responsabilidad de la higienización de la ciudad es de todos", al evaluar diversos asuntos de gobierno en una reunión en La Habana, en la que también se trató de la recogida de desechos sólidos en La Habana.
Según cálculos de las autoridades de la capital, la cifra total de residuos sólidos generados en La Habana alcanza diariamente los 23,814 m3, de ellos, el 69% corresponde a la actividad de servicios y desechos domiciliarios, y un 31% de escombros y otros.
A mediados de septiembre, el gobierno de La Habana aprobó un Reglamento para el Ornato, la Higiene y los Servicios Comunales que contemplan astronómicas multas por echar basura fuera de los contenedores, entre otras infracciones.
La resolución 190 del 2023 fijó hasta 3,000 pesos de multa para quienes arrojen desechos fuera de los depósitos y en los horarios establecidos, o a quienes sin estar facultados cambien de ubicación los contenedores situados en la vía pública.
También estableció multas entre 3,500 y 4,000 pesos aquellos que arrojen en los contenedores escombros, maderas, metales u otros objetos inapropiados, como desechos de la producción, el comercio, o los servicios de la gastronomía y la alimentación. Sin embargo, las políticas sancionadoras siguen sin arrojar resultados.
A mediados de mayo pasado, una cubana denunció que La Habana se había convertido en un gran basurero, y exigió a las autoridades que no se escudasen en la crisis del combustible o el “bloqueo” para no darle solución.
“Hasta cuándo vamos a seguir callados ante lo que sucede hoy en todas las calles de La Habana, cubiertas de basura, todos los contenedores colapsados, y esto trae suciedad, peste, todo tipo de animales que luego entran en nuestros hogares. Entonces yo digo, ustedes qué solución urgente tienen, no digan que el combustible o la ya caducada frase ‘es el bloqueo’”, denunció.
“Busquen opciones: carretas tiradas de caballos o bueyes, los tanques de guerra, quemen la basura, no sé, porque nosotros como ciudadanos tenemos el derecho de vivir en una ciudad limpia no en un basurero y ustedes como Gobierno tienen la obligación de cumplir y mantener la tranquilidad ciudadana”, añadió.
Ante la inacción de las autoridades, que no ofrecen soluciones duraderas más allá de acciones puntuales -movilizadas por el malestar ciudadano y la propaganda del régimen-, vecinos de la barriada de Lawton, en el municipio habanero de Diez de Octubre, prendieron fuego a la basura acumulada a comienzos de año en un enorme vertedero en las esquinas de las calles de San Anastasio y Carmen.
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