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Las autoridades municipales de La Habana Vieja multaron con 8,000 pesos a un trabajador por cuenta propia que vendía pañales a “precios abusivos o especulativos”.
“La Dirección de Inspección de La Habana Vieja en su enfrentamiento a ilegalidades detectó en esta semana varios hechos relacionados con alteraciones de precios relacionados con Trabajadores por Cuenta Propia (TCP)”, informó en sus redes sociales el Consejo de Administración de ese municipio.
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Acorde al organismo de gobierno municipal, el cuentapropista violó lo establecido en el inciso ‘L’ del artículo 7, recogido en el Decreto Ley 30/21. El artículo en cuestión trata “De las contravenciones personales de las normas que rigen la política de precios y tarifas”, y que contiene los supuestos por los cuales se imponen multas y otras medidas a los que “contravienen las regulaciones de los precios y tarifas minoristas”.
El inciso ‘L’ establece multa “de 8,000 pesos a 10,000 pesos y la obligación de cumplir las medidas” para quienes apliquen, permitan que se aplique, u ordenen “aplicar precios abusivos o especulativos”.
Además, las autoridades de La Habana Vieja impusieron sendas multas de 5,000 CUP a dos cuentapropistas que vendían artículos en la vía pública “con precio no visible de los productos”, por lo cual se les aplicó el inciso ‘A’ del mencionado decreto.
“Por último, en el parque Fraternidad se detectó la violación de precio en el tramo Palma -Habana, donde un conductor cobraba 200 CUP en vez de cobrar 75 por lo que se notificó al transportista con 8,000 CUP”, indicaron las autoridades municipales, señalando que el cuentapropista violó los precios topados del transporte.
La escasez de productos básicos de alimentación, higiene y farmacéuticos en Cuba impacta en la población en forma de elevados precios en los artículos de primera necesidad como los pañales desechables que utilizan bebés y personas enfermas o ancianas.
Escenas de tumultos y violencia ocurren frecuentemente ante los ojos de la policía y el personal de los establecimientos comerciales estatales donde venden contadas unidades de estos productos.
A mediados de octubre de 2023, entre gritos y empujones, un grupo de cubanos mostró su desespero e indignación ante la desorganización y la presencia de revendedores mientras hacían cola para comprar pañales desechables en una tienda estatal en La Habana.
Las imágenes del suceso, compartidas en las redes sociales del periodista Mario Vallejo, mostraron a decenas de personas aglomeradas e inconformes por la organización y venta de este producto necesario para los niños pequeños, ancianos y enfermos.
La carencia de pañales en los mercados cubanos genera mucho estrés debido a que tampoco hay jabón y en muchos territorios escasea el agua para poder lavar los pañales de tela.
En abril de ese año, una madre cubana desesperada expresó en redes sociales su inconformidad con la carencia de pañales desechables para los niños pequeños, protestando porque había tenido que pagarlos a 1,500 pesos, un coste insostenible para una familia cubana.
Un año antes, la Corporación CIMEX, adscrita al Grupo de Administración Empresarial S.A (GAESA, perteneciente a la cúpula militar del régimen), señalaba que la escasez de pañales desechables que denunciaban las madres cubanas no era tal, sino que había una sobredemanda del producto, motivo por el cual se agotaban en menos de 72 horas de ponerse a la venta en tiendas en CUP.
La incapacidad de las empresas estatales del régimen para abastecer a la población de productos de primera necesidad, sumada a la indolencia de sus “cuadros” y dirigentes, provoca declaraciones y justificaciones como la anterior, que provocan indignación entre la población.
En agosto pasado, una cola para comprar alimentos y pañales para bebés en La Habana Vieja desembocó en una protesta que fue aplacada por la policía. Según informó el medio independiente Cubanet, la protesta sucedió luego de horas de espera en una cola y tras el aviso de los empleados del establecimiento de que “no iban a vender más”.
En ocasiones, los tumultos provocados por la desesperación de la población son dispersados de forma violenta por la policía, como sucedió en enero de 2023, cuando un grupo de madres cubanas tuvo que salir huyendo de una cola para comprar pañales, muchas de ellas con sus niños en brazos o en cochecitos, porque la policía roció gas pimienta a los se encontraban esperando para comprar los artículo en la tienda La Comadrita, ubicada en La Habana Vieja.
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