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Un joven piloto de motos perdió la vida este fin de semana tras sufrir un accidente en Cuba, según reportaron internautas en redes sociales.
La víctima, identificada en redes sociales como Darian Mimi Pérez, residía en Camagüey. Según se aprecia en sus publicaciones, el joven era aficionado a los espectáculos de exhibición y competiciones de motos en su provincia.
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Se desconoce si Damián falleció en alguno de estos eventos que habitualmente se celebran los domingos en el antiguo rodeo de Camagüey desde horas de la noche hasta la madrugada. Sin embargo, en perfiles de redes sociales relacionados con estos eventos se venía anunciando un espectáculo para este domingo.
“Te esperamos mañana domingo, de las 10 am en adelante, en nuestro segundo gran evento. ¿Quieres ver estas hermosas bestias correr? Pues únete a nosotros; estamos al doblar del parque japonés, por la entrada del rodeo de Camagüey. Te esperamos para que disfrutes de un domingo diferente, lleno de adrenalina y velocidad”, indicó este domingo el usuario de Facebook identificado como Julio Hernández Soto.
La última publicación aparecida en el perfil de Darian fue realizada el domingo a las 8:30 pm. “Trabajando duro”, indicó el joven en tono irónico, compartiendo una fotografía suya en compañía de otras dos personas, en las que se les ve bebiendo cervezas Parranda.
“Quién pasó por nuestra vida y dejó luz, ha de resplandecer en nuestra alma para toda la eternidad. Dos ángeles junto”, expresó en sentidas condolencias el usuario identificado como Andrés Estrada, uno de los que aparece en la última imagen posteada por el joven fallecido.
Varios internautas han reaccionado y comentado en las publicaciones de Estrada, lamentando la muerte del joven y expresando sus condolencias a los familiares y amigos.
“Ese pobre niño. Bien duro ver una persona llena de vida y sueños morir de una manera tan traumática como esta”, indicó una usuaria en los comentarios.
“Muy triste la noticia para sus padres, familia, vecinos y todas las amistades que lo conocieron. Mi hijo lo atendió por la noche en el hotel Camagüey y, cuando le avisaron, qué dolor tan grande, qué tristeza, no lo creía. Qué Dios lo tenga en la gloria”, señaló otra.
“EPD mi flaco odioso. Dios te tenga en la pista más linda del cielo, que allá te espera Víctor. ¡Cuánto dolor has dejado aquí mi niño!”, lamentó una usuaria recordando la muerte en octubre de 2022 de Víctor Manuel del Valle Ramos, un motorista camagüeyano de apenas 19 años fallecido como consecuencia de un accidente.
La última publicación de carácter público del joven Víctor Manuel, quien se debatió varios días entre la vida y la muerte, también fue justamente durante una carrera de motos.
Legalizadas por el régimen cubano, las carreras de motos en Camagüey comenzaron a finales de agosto, cuando se celebró un evento llamado ‘A todo motor’, en el que participaron motos de todo tipo provenientes de Santiago de Cuba, La Habana, Ciego de Ávila, Sancti Spíritus, Florida y la propia Camagüey, según la oficialista Radio Florida.
El medio independiente camagüeyano La Hora de Cuba resaltó que dicho evento contó con presencia de autoridades locales, el Partido Comunista de Cuba (PCC) y el Instituto de Deporte y Recreación. Sin embargo, a pesar del carácter “oficial” de dichas carreras, una fuente que prefirió el anonimato indicó que en ellas “participan motoristas de otras provincias y se suelen organizar apuestas fuera de lo legal”.
Al parecer, las autoridades cubanas accedieron a la legalización de estas carreras tras la muerte del joven Víctor Manuel en una carrera semiclandestina en octubre de 2022.
Tal y como señaló el medio independiente, la muerte del joven piloto de una moto AX100 conmocionó a multitud de camagüeyanos y alcanzó gran impacto en las redes sociales, forzando en alguna medida la decisión de las autoridades respecto a unas competiciones en las que brillan por su ausencia las medidas de seguridad para contendientes y público asistente.
Al momento de redactar esta nota, ni la prensa oficialista ni las autoridades informan del trágico suceso que acabó con la vida de Darian, otro joven cubano víctima de su pasión por las motos y del improvisado marco regulatorio establecido por el régimen cubano para este tipo de actividades.
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