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Hace par de años conversé con Yosvany Hernández Cardonell, uno de los muchos voleibolistas que andan disgregados por el planeta, haciendo suyo el juego de los super reflejos.
Mucho me habló entonces el cienfueguero sobre sus inicios en la Perla del Sur, la pobreza de su familia, la educación humilde y respetuosa recibida.
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Yosvany te dejé cuando ibas a empezar a jugar con el Guaguas de Gran Canarias, tras cumplir un exitoso período en la liga profesional de Corea del Sur ¿de ahí hasta ahora por dónde se ha trasladado tu gallarda figura de dos metros un centímetro y 100 kilos de peso?
En efecto, después de jugar en el fuerte voly profesional de Corea del Sur con el Korean Air Jumbo, con el que alcanzamos el título, y hacerlo con el Guaguas de Gran Canaria me fue a China; allí jugué con el China CN, con el cual ganamos el campeonato y fue elegido el mejor jugador del torneo.
Fue una experiencia super linda ya que había jugadores de primer nivel como mi compatriota Osmani Juantorena así como varios integrantes de la selección nacional de Estados Unidos y un voleibolista polaco muy bueno del equipo nacional de su país.
Después del China CN me fui a jugar a la mejor liga del mundo, la italiana con el Volley Monz y ahora mismo estoy nuevamente en el voleibol de Corea del Sur con el Samsung KR viviendo otra temporada repleta de hermosos momentos. Aquí en Corea están jugando otra super jugadora, Yisel de la Caridad Silva y un voleibolista de excelente nivel, Leonardo Leiva; cada juego contra él es extremadamente divertido
Me enteré que la familia creció.
Jajaja. Sí, mi esposa Valentina Dantonio y yo estamos muy felices con la venida al mundo de Victoria, nombre de mi amada madre, que ya tiene cuatro meses. Junto a Lorenzo, ya con ocho años, formamos una familia feliz; no puedo estar más agradecido a Dios.
Fuiste uno de los jugadores que la Federación Cubana de Voly trató de sumar a la preparación hacia la clasificatoria olímpica.
Sí, es cierto. Mi representante habló con el director técnico, hubo muchas conversaciones al respecto pero al final yo elegí pasar el tiempo en casa con mi familia. Casi nunca estoy con ellos; salgo a jugar en agosto, regreso a casa en abril y me parece muy injusto que tenga que salir a jugar otra vez aunque me hubiese gustado representar a Cuba en unos Juegos Olímpicos. Me habría encantado ser olímpico pero me gusta mucho más ser un gran padre; ese es mi propósito.
¿Ya con 33 años piensas en convertirte en un futuro en entrenador?
Pues no, hasta ahora no, pero en un futuro sí que me gustaría y así poder transmitir nuestro amado voleibol cubano.
Sigue siendo Yosvany Hernández Cardonell un hombre de sólidos principios que sabe que hay mucho camino por andar en el deporte cubano para que se puedan reconocer, por siempre, las glorias que tanto dieron por su Patria y que son ignorados cuando pasan al retiro.
Cuba es una fuente inagotable de talentos, no solo de voleibolistas, por lo que se debe invertir más en todos los deportes; para no ir más lejos, la Escuela Nacional de Voleibol está hecha un verdadero desastre. Cuando fue inaugurada, gimnasios, alimentación, ropa, cancha sintética Mondoflez daban gusto… ¿ahora?
Con los jugadores de voleibol que tenemos regados por el mundo, te reitero lo que te dije antes, fuésemos líderes mundiales; al menos contaríamos con tres equipos Cuba de uno y otro sexos de primerísimo nivel. Es hora de que sean profesionales y les mejoren las condiciones, se las adecúen a sus potencialidades y clase.
La situación en Cuba es muy compleja, complicada; la Federación cubana abandona a muchos de los jugadores. Mantengo mi criterio: después que entregas salud, tiempo, amor… ¿qué recibes? Desinterés, abandono, desidia. Cuando ya no estás al nivel deseado te desechan como un producto que no tiene valor.
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