El Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela, controlado por el oficialismo, anunció la realización de elecciones presidenciales para el próximo 28 de julio, evocando las "mega elecciones" del año 2000.
El anuncio coincidió con el undécimo aniversario del fallecimiento de Hugo Chávez, cuyo legado el presidente Nicolás Maduro juró perpetuar, asistido por los servicios secretos y la influencia del régimen cubano.
La oposición venezolana enfrenta obstáculos significativos, destacando la ratificación de la inhabilitación de la exdiputada María Corina Machado, figura prominente en la política opositora, imposibilitada para ejercer cargos públicos durante 15 años tras un dictamen de la Corte Suprema en enero.
Esta situación deja a la oposición sin un candidato claro y con un escaso margen de 20 días para presentar una alternativa viable, circunstancia que han puesto de relieve otros líderes opositores con ambiciones para liderar la alternativa a Maduro, como Henrique Capriles Radonski.
Maduro, quien ocupa la presidencia desde 2013, ha incrementado sus apariciones en actos gubernamentales y políticos, lo que se interpreta como un esfuerzo de campaña, aun cuando su postulación oficial para la reelección no ha sido confirmada.
Sin embargo, altos cargos del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) dan por hecho que Maduro buscará un tercer mandato, a pesar de la controversia que rodeó su reelección en 2018, la cual fue considerada "fraudulenta" por la oposición y no reconocida por Estados Unidos y la Unión Europea.
Los preparativos para las elecciones han sido rápidos, con el período de inscripción de candidaturas establecido entre el 21 y el 25 de marzo y una corta campaña electoral desde el 4 hasta el 25 de julio.
Esto ha provocado reacciones variadas entre los actores políticos del país, con algunos líderes de la oposición no tradicional ya anunciando sus intenciones de correr en las presidenciales, lo que, según el canal France 24, podría resultar en una división del voto antichavista.
La situación de las elecciones venezolanas es de particular interés para la comunidad internacional, especialmente tras los acuerdos alcanzados entre el gobierno y la oposición, mediados por Noruega, y que contemplan la observación de la Unión Europea.
No obstante, la credibilidad del proceso electoral y las acciones del CNE siguen siendo puntos de preocupación debido a las irregularidades e inhabilitaciones de candidatos opositores.
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