La comunidad de inteligencia de Estados Unidos afirmó que la falta de oportunidades económicas y la represión política en Cuba seguirán alimentando la crisis migratoria.
Acorde a su Informe Anual, que evalúa las amenazas mundiales a la seguridad nacional, la represión ejercida por el régimen cubano contra opositores y activistas de la sociedad civil, así como la desesperanza que corroe a la mayoría de la población, continuarán siendo factores desencadenantes del masivo éxodo de cubanos hacia Estados Unidos.
“La represión política y la falta de oportunidades económicas seguirán impulsando la emigración cubana, nicaragüense y venezolana. Sin embargo, esos regímenes seguirán culpando a las sanciones y políticas de Estados Unidos de la emigración irregular desde sus países”, señala el texto del Informe.
De manera general, la inteligencia estadounidense señala a los conflictos, la violencia, la inestabilidad política, las malas condiciones económicas y los desastres naturales como detonantes de la migración a nivel global.
“Lo más probable es que el hemisferio occidental siga manteniendo niveles elevados de los flujos migratorios intrarregionales impulsados por las malas condiciones socioeconómicas y la inseguridad, así como por factores de atracción que incluyen oportunidades económicas, reunificación familiar y asilo político en los países receptores o de tránsito”, apunta el documento.
A medida que varios países de África, América Latina y el Caribe experimentan agitación política y malos resultados económicos, continuarán los flujos migratorios irregulares hacia los países de altos ingresos.
Mención especial hace el Informe al caso de Nicaragua y la flexibilización de los requisitos de visa para nacionales de Haití. La comunidad de inteligencia de EE.UU detecta en esta política una amenaza a sus fronteras, como la situación provocada por el flujo migratorio cubano a través de Nicaragua.
Un apartado dedicado a los “incidentes de salud anómalos” (AHI, por sus siglas en inglés) mencionó los "ataques sónicos" al personal diplomático de la embajada norteamericana en la capital cubana, ocurridos entre 2016 y 2018.
Conocidos como "síndrome de La Habana", los misteriosos incidentes motivaron la retirada de personal diplomático y la paralización de servicios consulares.
Sin embargo, el Informe recoge la opinión mayoritaria de la comunidad de inteligencia (cuestionada a día de hoy por políticos y expertos) de que resulta “muy poco probable que un adversario extranjero sea responsable de los AHI reportados” en Cuba.
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