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El liniero Daniel Vega de la Cruz, trabajador de la Empresa Eléctrica de Matanzas, murió a inicios de este mes mientras se recuperaba de las lesiones que sufrió al caer de lo alto de una subestación eléctrica en febrero pasado.
Vega, de 47 años, falleció en la madrugada del 2 de marzo a causa de una trombosis venosa profunda (coágulo de sangre), según reportó este miércoles el diario oficial Girón.
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El accidente en el que resultó mal herido ocurrió el 6 de febrero en la subestación ubicada en San Juan, próxima a la ciudad de Matanzas. El trabajador sufrió fracturas de la cadera y del fémur izquierdo.
En ese lugar se había partido el cable de suministro de energía eléctrica a las turbinas instaladas en los pozos para bombear agua potable desde los manantiales de San Juan y Bello, los más importantes del acueducto ubicado en El Naranjal. Esa avería interrumpió el suministro de agua en las zonas alta y baja de la capital matancera.
En una entrevista que concedió Vega al periódico Girón tres días antes de morir, contó que la madrugada de ese día de febrero, cuando él y otros linieros intentaban acoplar el cable al sistema eléctrico, este hizo tierra, y tuvieron que subir a lo alto de la subestación, en medio de la oscuridad, para investigar la causa del problema y subsanarlo.
“Escalé con los medios de protección, pero uno de los angulares de esa estructura, al que había sujetado el cinturón de seguridad, se partió debido a los años de permanencia en el lugar”, reveló Vega. “Me vine abajo, se me fracturaron el fémur izquierdo y la cadera, hasta el casco que llevaba en la cabeza se partió en dos”.
Confesó entonces que nunca antes había sufrido un accidente de esa naturaleza y recordó que siempre aconsejaba a sus colegas usar los medios de protección. “Es, como digo yo, nuestro seguro de vida”, afirmó. Sin embargo, atribuyó el accidente a que “como todo estaba oscuro, no se pudo detectar que esa fracción de metal estaba en malas condiciones”.
El liniero fue llevado con urgencia al Hospital Faustino Pérez, donde fue sometido a operaciones del fémur y la cadera.
Desafortunadamente, falleció casi un mes después del accidente, mientras se recuperaba de las cirugías.
Vega nació en Songo La Maya, Santiago de Cuba, el 11 de noviembre de 1976, y fue a vivir a Matanzas a los 11 años. A los 21 se inició como liniero, siguiendo los pasos de Jaime, su hermano mayor.
Sobre su oficio, que desempeñó durante 27 años, confesó en la entrevista: “Si me preguntas qué es lo que más me emociona de cuanto hago, le digo que ver a personas sonriendo luego de reparar cualquier avería, y muy en especial a quienes casi llorando nos felicitan cuando luego de varios días o semanas volvían a ver iluminadas sus casas, después del azote de huracanes y ciclones (…) ¿Quieres ver cosa más linda y emocionante que eso?”.
A Vega lo sobreviven su esposa Yariana y sus hijos Carlos Daniel, Janier y Daniela, de solo nueve años.
En los últimos años, se ha reportado el fallecimiento de varios trabajadores eléctricos, debido a accidentes mientras se encontraban de servicio.
El liniero Edelin Ernesto Giro Torres, del municipio de Santo Domingo, en Villa Clara, murió tras recibir una descarga eléctrica en octubre pasado.
En noviembre de 2022, José Ignacio Rodríguez Antúnez, joven camagüeyano de 24 años, falleció electrocutado en San Juan y Martínez, Pinar del Río, durante las faenas de restablecimiento del servicio eléctrico luego del azote del huracán Ian.
Un mes antes, otros dos trabajadores de la Unión Eléctrica de Cuba también perecieron luego de accidentarse cuando reparaban las líneas eléctricas dañadas por el evento meteorológico en La Habana.
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