El preso político Jorge Ernesto Pérez García, miembro del grupo disidente Clandestinos, recibió la libertad condicional tras un calvario en prisión.
Después de más de cuatro años tras las rejas, en lo que ha sido un período marcado por la adversidad y la enfermedad, el integrante del colectivo Clandestinos recibió la libertad condicional en un fallo emitido por el Tribunal Provincial de La Habana.
Pérez García había sido sentenciado por delitos que el gobierno cubano cataloga de "difamación de las instituciones, organizaciones y de los héroes y mártires". También lo juzgaron por presunto caso de tráfico de drogas.
El recorrido penitenciario de Pérez García culminó el pasado 15 de marzo, aunque oficialmente su condena finaliza el 13 de julio.
Su arresto fue en enero de 2020 debido a las acciones de Clandestinos, grupo que desafiaba al régimen echando pintura roja sobre símbolos e íconos nacionales como los bustos de José Martí.
Junto a Panter Rodríguez Baró y Yoel Prieto Tamayo, condenados respectivamente a 15 y 9 años de cárcel, Pérez García formó parte de acciones que destacaron en el ámbito del activismo cubano.
En conversación con 14ymedio, Pérez García reveló los horrores de su cautiverio. Pasó por el Combinado del Este, principal centro penitenciario de Cuba, y por campamentos de trabajo forzado como el CETEM, en el cual incluso se contagió de covid-19.
Estas instalaciones del régimen se caracterizan por la inaccesibilidad a los tratamientos médicos y condiciones inhumanas, que deterioraron su salud, resultando en tendinitis y daños en las rodillas.
En un intento desesperado por su liberación, el preso cubano inició una huelga de hambre, pero tuvo que abandonarla por su delicado estado. Pérez García denunció la falta de atención médica en las cárceles cubanas, una realidad que aseguró trasciende su caso personal y afecta a la totalidad de los reclusos.
Ahora, frágil pero en casa, intenta recomponer su vida y su integridad, señaló, lidiando con las secuelas del tiempo en cautiverio y la adaptación a un entorno que, para él y para los Clandestinos, representa un campo de batalla en la lucha por la libertad de expresión en Cuba.
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