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En el municipio Arroyo Naranjo de La Habana, una mujer enfrenta la devastación de su hogar por las inundaciones causadas por el río Orengo, sin recibir ayuda del gobierno pese a las continuas súplicas.
Las lluvias torrenciales en La Habana han vuelto a desatar la tragedia de Araceli Calzadilla Herrera, una vecina de Arroyo Naranjo que lo ha perdido todo ante la crecida del río Orengo.
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Este arroyo intermitente, es el azote de la localidad cuando hay inundaciones y ha dejado en la calle a Calzadilla sin que las autoridades muevan un dedo para evitar el deterioro progresivo de su vivienda, de su barrio y de sus condiciones de vida.
Reiner Suárez, conocedor de la historia de Araceli, ha llevado su caso a las redes sociales en busca de solidaridad. "Hace más de diez años sufre daños por inundaciones que han puesto en peligro su vida varias veces", relató.
El historial de Araceli es desgarrador. En el año 2000 estuvo al borde de la muerte, arrastrada por la corriente. Desde entonces las inundaciones han continuado anegando su humilde morada, ubicada en Hatuey 17 interior, cerca de las calles Pinar del Río y Bernabé Varona, en la localidad de Párraga.
El desamparo de Calzadilla es evidencia de la insensibilidad del régimen. Las reiteradas peticiones de ayuda al gobierno municipal parecieron caer en oídos sordos.
Viviana Barrios Sánchez, otra conocedora del caso, subraya la injusticia que sufre Araceli. "Le han dado viviendas a otros que no estaban tan mal, mientras que ella, sola y vulnerable, sigue esperando."
El panorama descrito por los residentes de Arroyo Naranjo no dista del de otros tantos casos ignorados por un gobierno incapaz de dar respuestas ante las necesidades más básicas de sus ciudadanos.
La acumulación de basura y escombros, resultado de la inundación y de la falta de servicios municipales de limpieza, solo añade insalubridad a la desesperación.
Este no es un caso aislado. Muchas familias habaneras se ven en una situación precaria cada vez que las lluvias hacen de las suyas.
El gobierno no ha ofrecido aún un informe detallado de las pérdidas que han dejado las recientes inundaciones. Miran hacia otro lado mientras sus ciudadanos claman por una solución.
Araceli Calzadilla representa la lucha de muchos cubanos contra la adversidad y la indiferencia estatal. Es imperativo que su voz, y la de tantos otros, sea escuchada y que medidas concretas y humanitarias se tomen para evitar futuros desastres.
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