El periodista y comentarista deportivo cubano Yasel Porto compartió este sábado la vivencia que tuvo al regresar a La Habana y cumplir la deuda de visitar la tumba de Juana Bacallao, popular artista cubana fallecida el pasado sábado 24 de febrero a los noventa y ocho años.
“Desde que me enteré de la muerte de Juana Bacallao, esa figura tan popular y única de la cultura cubana, me hice la promesa que cuando volviera a Cuba pasaría por el sitio donde descansan sus restos en el Cementerio de Colón”, dijo Porto en una publicación en la red social Facebook.
Aseguró en su mensaje que era una deuda que tenía por “la admiración que siempre le tuve, por lo que fue y porque hubo un sentimiento algo familiar debido a que ese particular apellido está relacionado directamente con mi familia materna”.
Confesó que no pasó mucha dificultad para identificar el lugar donde descansan los restos de Juana, aunque afirmó que el video de su funeral y el conocimiento que tiene de la Necrópolis de La Habana, fueron determinantes en su encuentro.
Esa, para él, fue una parte buena, que le permitió, además, conocer las tumbas donde se encuentran enterradas otras dos destacadas personalidades de la cultura cubana: Adalberto Álvarez y José Luis Cortés, “El Tosco”.
Según Porto, estas dos tumbas están bien identificadas, más no ocurre igual con la de Juana. “No sé si alguien que no fue al funeral habrá encontrado dónde se halla ella, pero sin ayuda lo veo difícil”, expresó.
Porto recomendó señalar el lugar. “Creo que lo menos que se puede hacer es eso, como Adalberto y Cortés, para que cada persona que transite por ahí sepa que ahí yace una de las figuras más especiales de la cultura de Cuba. Una mujer sin igual, con sus defectos y sobre todo, con esa gran cantidad de virtudes y mística que la convirtió en una persona extremadamente popular y querido para cubanos y hasta extranjeros”, añadió.
Asimismo, agregó que “no cuesta mucho ese detalle. Se trata de respeto y gratitud hacia alguien que nadie debe poner en duda que se lo ganó como artista y como cubana”.
Los restos mortales de Juana Bacallao fueron inhumados en el Panteón de la Cultura del Cementerio de Colón en la mañana del domingo 25 de febrero, ante la presencia del ministro de Cultura Alpidio Alonso Grau y algunas decenas de personas, en un sepelio que transcurrió de forma más bien discreta.
Imágenes de los actos fúnebres de la artista levantaron la indignación de muchos cubanos y artistas residentes en el extranjero, debido a la soledad que se observaba tanto en el funeral llevado a cabo en Calzada y K, en El Vedado, como en el traslado del féretro.
Desde esa fecha, el portal digital Diario de Cuba, había indicado que el sitio donde descansa Juana es bastante austero, y sobre él no hay ninguna lápida o inscripción dedicada a su memoria.
Días antes, al darse a conocer la noticia de su ingreso de urgencia en el Hospital Militar “Carlos Juan Finlay” de La Habana, a consecuencia de una infección generalizada, una fuente anónima declaró al sitio Cubanet que en los últimos años ningún funcionario de Cultura se ocupó de indagar sobre el estado de salud o las necesidades básicas de Bacallao, quien "ha estado en una situación de abandono", enfatizó.
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