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El pueblo cubano lanzó al régimen un mensaje alto y contundente: durante marzo se contabilizaron 654 denuncias y protestas para exigir comida, electricidad y libertad, según muestra el más reciente informe del Observatorio Cubano de Conflictos (OCC).
“El paquetazo económico implementado por el gobierno cubano este mes generó un profundo descontento, ante medidas descalabradas que no han hecho otra cosa que aumentar la inestabilidad y el rechazo entre la población”, señala el documento.
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La OCC sostiene que las personas reaccionaron al aumento de precios, la dolarización parcial de la economía y la devaluación del peso cubano.
Estas problemáticas impactaron el poder adquisitivo del pueblo, deteriorando su calidad de vida, subraya el observatorio, un proyecto de la Fundación para los Derechos Humanos en Cuba.
El texto señala que el registro en marzo de 654 protestas demuestra una tendencia similar a febrero de 2024, con una diferencia mínima de siete protestas registradas, pero con un incremento significativo comparado con marzo de 2023, cuando se contabilizaron 372 manifestaciones, para un aumento del 63.7%.
La Habana se mantiene como el territorio donde más manifestaciones se registran, con 152 protestas, y le siguen Santiago de Cuba (66); Camagüey y Holguín con 35 cada una; y Pinar del Río, Matanzas y Guantánamo con cifras cercanas a las 30.
Según el OCC, en marzo resaltaron las denuncias relacionadas con actos represivos (159), seguidas por protestas que desafiaron la represión del Estado contra el pueblo (130).
También se contabilizaron 130 protestas por la crítica situación alimentaria y 95 que evidenciaron la preocupante inseguridad ciudadana, marcada por una violencia social en aumento y sin control gubernamental.
Las dificultades económicas, cada vez mayores en Cuba, generan frustración y desesperanza en el futuro económico del país, “expuesta en otro estallido social que se multiplicó de forma automática, al igual que la habitual respuesta violenta del estado”, recalcó la organización, haciendo referencia a las protestas del 17 y 18 de marzo y los acontecimientos sucedidos posteriormente.
En su informe, el OCC también resalta la labor de algunos activistas cubanos y menciona la denuncia realizada por Rosa María Payá, para exigir la expulsión del régimen castrista del Consejo de Derechos Humanos de la ONU en un discurso en Ginebra donde denunció toda la situación que vive hoy el pueblo.
El informe del observatorio también recalca que la desidia del gobierno y la ineficiencia del sistema provocaron 69 manifestaciones por los servicios públicos, que no satisficieron las necesidades esenciales de la población, descontenta por la insalubridad, los constantes apagones, la carencia de medicinas y la paupérrima atención de salud pública.
Apunta también que las protestas vinculadas con los derechos económicos y civiles encabezaron el registro con 365, le siguen las 289 relacionadas con los derechos políticos y civiles, que son un manifiesto franco del creciente valor de la ciudadanía para expresar su rechazo y exigir sus derechos.
La organización alertó que en marzo se ha observado un aumento significativo en los robos, en la violencia callejera y en la proliferación de bandas delictivas, expresiones de la crisis económica que vive la nación.
Paralelamente, también advirtió que la población percibe una falta de respuesta efectiva por parte de las autoridades ante los problemas de seguridad.
El índice de feminicidios en Cuba ha alcanzado niveles alarmantes, con 15 en solo lo que va de año, lo que demuestra un aumento significativo, apunta el documento.
El OCC registra como protestas las manifestaciones presenciales como sentadas, cacerolazos y marchas, los grafitis y declaraciones a medios independientes, los comentarios dejados en medios oficiales, también los posts, fotos, videos, memes y transmisiones directas en las redes sociales, y otros formatos como dibujos y composiciones musicales o poéticas.
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