En una operación que ha sacudido los cimientos del gobierno venezolano, el fiscal general Tarek William Saab anunció este martes el arresto del influyente exministro de Petróleo, Tareck El Aissami.
La detención, que se llevó a cabo el 9 de abril en Caracas, marca un sorprendente giro en la lucha contra la corrupción y el crimen organizado en Venezuela, un país en profunda crisis tras más de un cuarto de siglo bajo el dominio del denominado "chavismo", y que atraviesa un período convulso a la espera de sus próximas elecciones presidenciales.
El Aissami, quien ocupó la cartera de Petróleo desde 2020 hasta 2023 y se desempeñó como vicepresidente bajo el régimen de Nicolás Maduro entre 2017 y 2018, fue mostrado en una fotografía esposado, vestido con ropa deportiva, mientras era escoltado por agentes enmascarados.
Su captura, según el fiscal Saab, se debió a su implicación directa en delitos que van desde el narcotráfico hasta la distracción de fondos públicos.
La caída en desgracia de El Aissami se remonta al escándalo de irregularidades en la venta de crudo a través de criptoactivos, un caso que según informes de prensa supuso un desfalco de más de 15,000 millones de dólares. Según reseña AFP, esto llevó a su dimisión en marzo de 2023, tras lo cual se mantuvo fuera del ojo público hasta su reciente detención.
El fiscal Saab también anunció la captura de otros dos individuos prominentes: Simón Zerpa, exministro de Economía y Finanzas, y Samark López, un empresario acusado de lavado de dinero. Estos arrestos forman parte de una amplia investigación que ha llevado a la detención de 61 funcionarios, políticos y empresarios en total.
Entre los delitos imputados a El Aissami y sus cómplices se encuentran la traición, la apropiación indebida de fondos públicos y la legitimación de capitales. Saab adelantó que se espera una sanción ejemplar para los acusados, que enfrentarán un juicio riguroso por sus acciones corruptas.
Las revelaciones más impactantes de esta investigación incluyen la manipulación de precios en la venta de productos petroleros, el cobro de comisiones ilícitas y la participación en una red de prostitución que involucra a jóvenes venezolanas y extranjeras.
La industria petrolera venezolana, que alguna vez fue la joya de la corona del país, se encuentra bajo un escrutinio intenso debido a la corrupción rampante y la mala gestión. Figuras prominentes como Rafael Ramírez, exministro de Petróleo durante la era de Hugo Chávez, también están siendo investigadas por delitos similares.
La detención de El Aissami y sus asociados representa un golpe significativo para el gobierno de Maduro, que se enfrenta a una creciente presión internacional y a una profunda crisis económica y social. Mientras tanto, los venezolanos continúan luchando contra la escasez de alimentos y medicinas, mientras observan con atención el desenlace de esta saga de corrupción que ha dejado al descubierto las entrañas del poder en Venezuela.
En abril de 2020, Estados Unidos ofrecía una recompensa de $10 millones de dólares por información que condujera al arresto de Tareck El Aissami, quien era designado por Maduro como ministro de petróleo de Venezuela.
Michael Kozak, jefe de la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental en el Departamento de Estado, resumía en su cuenta de Twitter una ficha personal sobre El Aissami.
“Sancionado, Acusado y Buscado por tráfico de drogas. Con estas calificaciones, será más de la misma mala gestión y corrupción cuando lo que más necesitan los venezolanos es un sector petrolero que funcione”, alertaba el funcionario.
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