La activista cubana Bárbara Farrat Guillén, madre del manifestante del 11J Jonathan Torres Farrat, pidió ayuda este jueves para reconstruir el techo de su hogar en La Habana, el cual se derrumbó.
En días recientes la estructura que sostenía la cubierta de la vivienda empezó a crujir de forma rara. Alarmados por el sonido, ella y el resto de la familia se refugiaron en la casa de su mamá, relató Ferrat al medio Cubanet.
Inmediatamente después de sentir el sonido del colapso de las tejas y vigas, subió su hijo y marido, quienes constataron el derrumbe casi total de la cubierta.
“Al otro día tumbaron otro pedazo que había quedado en el aire”, lamentó la mujer visiblemente afectada tras perder parte de su casa.
Farrat explicó que los lazos afectivos que la amarran a su casa son muy antiguos, mencionó, por ejemplo, que ahí vivió su hijo, a quien arrestaron por participar en las protestas del 11 de julio de 2021.
Orlando Ramírez Cutiño, esposo de la activista, responsabilizó al régimen del desplome del techo de la vivienda, por la dificultad de obtener materiales de construcción: "Esto es producto de 63 años de Revolución, de abandono, pobreza y miseria".
Ramírez denunció que en las tiendas del estado no se consigue lo necesario para reparar una casa, a la vez que alertó que en el mercado informal es imposible comprarlos porque “un bloque te cuesta 200 pesos, una bolsa de cemento 7,000 pesos”.
“Pero si vamos a construir la torre del vedado, ahí sí tenemos materiales”, enfatizó el activista que habitualmente denuncia los hechos de corrupción y la violación de derechos humanos cometidos por el régimen.
Además, puntualizó que el problema de acceso a los materiales afecta a todos los cubanos, y “mientras no haya un cambio no vamos a poder vivir como se debería”, acotó.
En enero último, la activista Farrat pidió ayuda porque estaba sin recursos para mantener a su familia.
"Necesito, por favor, que alguien me ayude. De no conseguir ayuda no me va a quedar otro remedio que vender mi teléfono. Me da tanta pena que no me atrevo tan siquiera a decir la palabra. Estoy más que consciente de que mi familia no come de orgullo y estoy en una situación bastante difícil", escribió la mujer en su perfil de Facebook.
El mensaje recibió numerosas reacciones de seguidores. Una persona le pidió que detallara lo que le ocurre y Farrat respondió con pocas palabras: "El problema es que no tengo nada, ni dinero, ni comida. Nada". En otra respuesta añadió: "No me dejan trabajar y mi situación está bastante difícil".
Desde la detención de su hijo, la vida de esta mujer se trastocó, convirtiéndose en una defensora del joven y de otras personas apresadas por manifestarse en Cuba.
Como consecuencia, ha sufrido del hostigamiento del régimen. En 2022, por ejemplo, mientras sufría los síntomas del dengue, denunció las amenazas recibidas por parte de la Seguridad del Estado.
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