La cubana Lola Amores mereció el reconocimiento como Mejor Actriz en la edición 24 del Havana Film Festival de Nueva York por su interpretación en la película Una noche con los Rolling Stones, de la directora Patricia Ramos.
Durante la ceremonia de entrega de los Havana Star realizada este jueves, Ramos agradeció el galardón en nombre de la protagonista, reportó la oficialista agencia Prensa Latina.
El filme profundiza en la historia de Rita, madre de un hijo adolescente, y una habanera cuarentona y atormentada, quien ha visto emigrar a muchos amigos, reflejando una de las principales angustias y problemáticas del cubano en la actualidad.
En esa conjunción, habitual en la vida de muchos de los que aún viven en la isla, se desarrolla la trama y crisis existencial de la protagonista, la cual tiene como banda sonora el concierto que dio en Cuba, en 2016, el mítico grupo británico The Rolling Stones.
Esta película fue acompañada en la selección oficial del certamen por los también filmes cubanos Bajo un sol poderoso, de Enrique Kike Álvarez; El mundo de Nelsito, de Fernando Pérez; y La mujer salvaje, de Alán González.
Por su parte, entre los documentales cubanos que llegaron a las pantallas neoyorquinas por primera vez estuvieron Landrián, de Ernesto Daranas; Retorno, de Blanca Rosa Blanco; Santa Canción, de Juan Carlos Travieso; y La leyenda de Arsenio, de Rolando Almirante,
Asimismo, la edición del evento dedicó sus espacios a dos cineastas de culto del séptimo arte en la nación caribeña: el director de cine Tomás Gutiérrez Alea y el documentalista Nicolás Guillén Landrián, cuyas obras se proyectaron además en la universidad Hosftra de Nueva York.
El premio en el Havana Film Festival es el segundo galardón internacional que recibe Amores en lo que va de año, quien en marzo último mereció la Biznaga de plata a la mejor interpretación femenina en el 27 Festival de Cine de Málaga por su trabajo en “La mujer salvaje”.
En esta última cinta, dirigida por el también cubano Alan González, la actriz encarna a una mujer que sobrevive a una sangrienta pelea entre su esposo y su amante en un barrio de La Habana, tras la cual sale a recorrer la ciudad para encontrar a su hijo de 12 años e irse con él.
En ambos filmes, Amores encarna a féminas cuyas vidas han estado marcadas por la actualidad cubana: crisis económica, violencia doméstica y migración masiva.
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