El gobernante cubano Miguel Díaz-Canel voló este miércoles por sorpresa a Venezuela, en cuya capital, Caracas, se celebra la cumbre de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA).
“Viajamos hacia la hermana República Bolivariana de Venezuela, para participar hoy en la XXIII Cumbre del ALBA-TCP. Nos convoca la urgencia de fortalecer aún más ese mecanismo de integración que, como decía Fidel, es ‘un ejemplo sin precedentes de solidaridad revolucionaria’”, expresó el gobernante en X.
Acompañado por el ministro cubano de Relaciones Exteriores (MINREX), Bruno Rodríguez Parrilla, el también primer secretario del Partido Comunista de Cuba (PCC) no había hecho anuncio alguno de sus planes de viaje.
La reunión de Caracas dio comienzo en la mañana de este miércoles. Según la agencia EFE, la cita no cuenta por el momento con agenda pública de temas ni lista de participantes oficial, aunque ya este martes comenzaron a llegar a la capital venezolana algunos mandatarios caribeños.
En diciembre pasado no se celebró la acostumbrada cumbre anual del ALBA en La Habana, aunque entonces no se adujo motivos para explicar la decisión. La organización fue creada en diciembre de 2004, impulsada por los entonces presidentes de Venezuela y Cuba, Hugo Chávez y Fidel Castro. La integran Venezuela, Cuba, Nicaragua, Bolivia, Antigua y Barbuda, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas, Granada, Dominica y Santa Lucía, con Haití, Siria y Surinam como invitados especiales.
Además de Díaz-Canel y Rodríguez Padilla, la delegación cubana está integrada por el embajador de Cuba en Venezuela, Dagoberto Rodríguez Barrera, y Josefina Vidal Ferreiro, viceministra del MINREX y coordinadora nacional del ALBA-TCP, entre otros directivos y funcionarios de la cancillería del régimen cubano.
Convocada para trabajar “juntos en el fortalecimiento de la unidad regional y la cooperación” entre los países del bloque, la cumbre tiene lugar en un momento convulso para el régimen de Nicolás Maduro, emplazado por la oposición que lidera María Corina Machado de cara a las próximas elecciones presidenciales en Venezuela.
A finales de marzo, el primer ministro cubano, Manuel Marrero Cruz, viajó a Venezuela para “estrechar las relaciones de hermandad y solidaridad” entre los regímenes de Caracas y La Habana.
A pesar de las maniobras del régimen de Maduro para inhabilitar a Machado, la oposición venezolana persiste en presentar una candidatura de unidad para las próximas elecciones que se celebrarán en julio próximo.
Mientras el Palacio de la Revolución teme un nuevo estallido social y ve multiplicarse los focos de malestar y protestas por la crisis del combustible, los apagones y la escasez generalizada, el Palacio de Miraflores deja ver su nerviosismo ante la próxima convocatoria electoral.
La decisión de viajar sin previo aviso -en uno de los aviones de Cubana IL 96 que el régimen de La Habana tenía en mantenimiento en Rusia- pone el foco nuevamente en los desplazamientos internacionales de Díaz-Canel y su comitiva, algo que indigna a los cubanos por la falta de resultados, los fines propagandísticos y de mantenimiento de las alianzas del régimen, y por el alto costo que estos viajes suponen para el erario público del país.
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