Empresarios cubanos han importado vehículos de Estados Unidos por un valor superior a los 20 millones de dólares, desde que la administración Biden autorizó estas transacciones a los “nuevos actores económicos” aprobados por el régimen cubano.
Un reporte del Consejo Económico y Comercial EE.UU-Cuba (USCTEC) reveló que las importaciones cubanas de vehículos nuevos y usados (incluyendo motos y piezas de repuesto) superaron los 20 millones de dólares en los últimos 15 meses.
Solo en compras de autos usados (de 1,500 a 3,000 centímetros cúbicos de cilindrada), los propietarios de pequeñas, micro y medianas empresas (Mipymes) se dejaron más de 13 millones y medio de dólares ($13.575.731) en el primer trimestre de este año. En 2023, los automóviles de segunda mano representaron un desembolso de 4.385.612 dólares.
Los datos del primer trimestre de 2024 indican que en vehículos concebidos principalmente para el transporte de personas, incluidas las camionetas, las importaciones de los empresarios cubanos ascendieron a 295,218 dólares.
Los vehículos para fines especiales ($184,927), los camiones de 20 toneladas con motor diésel y eléctrico ($123,300) y los vehículos de pasajeros de motor de ignición con más de 6 cilindros y más de 3,000 cc (109,500), ocuparon los siguientes puestos en la tabla.
En motorinas eléctricas, las importaciones desde Estados Unidos ascendieron a 55,400 dólares. Otros camiones para el transporte de mercancías con diferentes prestaciones y características mecánicas sumaron un total de 298,059 dólares.
En el apartado de piezas de repuesto, la partida mayor correspondió a las ruedas de carretera y piezas para vehículos ($30,760), seguida de piezas para motocicletas ($25,811), remolques y semirremolques ($10,000), repuestos de frenos y servofrenos ($3,066), piezas de carrocería y parachoques ($2,881) y piezas para tractores ($2,620).
En cambio, de enero a diciembre de 2023, los empresarios cubanos importaron desde Estados Unidos vehículos y piezas por valor de casi 10 millones de dólares. De ellos, los automóviles nuevos significaron un desembolso de 357,442 dólares.
La compra de autocaravanas (por valor de 186,500 dólares), así como la adquisición de tractores de segunda mano para uso agrícola ($147,247), están entre los datos llamativos de 2023.
Desde que, a finales de abril de ese año, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos otorgó licencias a empresarios de Miami para el envío de autos, camiones, tractores e incluso trailers a trabajadores por cuenta propia en Cuba, las calles de Cuba han sido testigos de una proliferación de carros particulares importados.
"El permiso está dirigido a las pequeñas y medianas empresas, para que puedan importar sus carros para su explotación", explicaba por esas fechas Eduardo Aparicio, de Apacargo Express, una de las agencias que recibió la licencia de exportación. "Lo primero que tiene que hacer [el interesado] es contactar con la importadora y llenar su preforma de factura para que sepa el impuesto que va a pagar".
Según este empresario, "la Aduana cubana en realidad cobra muy poco, quien cobra es la importadora, que está cobrando un 30 % sobre el valor de la factura del auto". En ese sentido, estimó que para un auto de $20.000 dólares en Estados Unidos, el interesado deberá pagar $6.000 dólares de impuestos y unos $10.000 dólares entre logística y documentación, para un total de $36.000 dólares aproximadamente.
Ante el creciente número de vehículos de fabricación estadounidense que ruedan por la Isla, son muchos los cubanos que se preguntan cuál es el “bloqueo” del que habla el régimen.
La misma pregunta se hacen quienes han visto aumentar las importaciones de de productos alimenticios y agrícolas de Estados Unidos a Cuba. Solamente en marzo, alcanzaron los 40.624.058 dólares, un aumento significativo comparado con los 20.475.934 dólares importados en marzo de 2023 y los 25.929.536 dólares importados en marzo de 2022.
Esta notable duplicación en las importaciones de alimentos y productos agrícolas refleja la creciente dependencia de Cuba en los productos estadounidenses e informa sobre la flexibilidad del embargo estadounidense, al que el régimen de La Habana sigue achacando la crisis económica y utilizando para fines propagandísticos en campañas que piden el "levantamiento del bloqueo".
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