Lisandra Rodríguez, conocida como la “Amy Winehouse cubana” debido a su notable parecido físico con la fallecida cantante británica, concedió una entrevista al medio independiente Cubanet en el que manifestó que quiere ser como la continuidad de lo que ella debió ser y no pudo.
La joven -quien aseguró que todavía está en shock y procesando la repentina fama- dice que hasta que cumpla 27 años se dedicará solo a rendirle homenaje a la artista británica y que será a partir de esa edad que tiene pensado hacer su propia música.
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“No voy a hacer música mía propia hasta que no cumpla los 27 años. Le voy a rendir tributo a Amy hasta la edad en que se murió y de ahí en adelante quiero ser como la continuidad de lo que ella debió ser y no pudo. Eso es lo que quiero”, apuntó.
“A partir de mis 27 años voy a comenzar mi propia carrera, con mi propia música con el estilo de jazz, soul, que es el estilo que me gusta a mí, pero las canciones serán con mi propia letra”, añadió.
Lisandra explicó que ella canta las canciones de Amy, que lo hace por hobby, en su tiempo libre.
“Lo hago en un bar que ahora está cerrado por reparación. No es un bar popular de La Habana. Es un sitio donde yo me siento bien y ahí es donde voy a relajarme a beber”, indicó sin precisar el nombre del lugar.
Al ser interrogada sobre sus planes se mostró dispuesta a asumir lo que venga.
“Mis proyectos futuros son vivir la vida y que venga lo que venga. De todas formas, voy a seguir viviendo, bien, mal, voy a seguir viviendo”, afirmó entre risas.
La Amy Winehouse cubana dice que el parecido físico con la cantante británica se remonta incluso a la infancia, según se puede comprobar en imágenes comparadas de ambas, algo que asume con naturalidad.
Dice que lo único que hace diferente desde que intenta resaltar el parecido es subirse el moño, porque asegura que el maquillaje lo ha usado incluso antes de conocer a Amy.
Afirma que la similitud además de física también se extiende a rasgos personales y algunas experiencias vitales.
“En lo personal soy muy como ella, muy espontánea. Soy natural, no finjo ser algo que no soy. Lo que ves es lo que hay”, detalló
Cuenta que atravesó una etapa de depresión por un hombre, pero que logró superar eso gracias al amor y el apoyo de su familia y sus amigos.
“Mi vida es igual que la de todos los jóvenes en Cuba: el día a día. Hago lo mismo que hacen todos: salir los fines de semana, emborracharme y quedarme dormida en Prado, en un banco”, relató con espontaneidad.
La joven aprovechó para pedir que no la mezclen con política. Dice que a ella la expulsaron porque estaba trabajando sin papeles en el bar Escabeche y que no hay más que eso. Al saltar a la fama y mencionarse el nombre del lugar, se descubrió que su actividad de "apoyo" allí no era legal.
En otro orden reiteró que su sueño es ir a Londres y visitar la tumba de Amy y conocer más de la artista.
“Por ahora es eso. Hasta que no lo cumpla no voy a tener otro sueño. No sueño ni con ser famosa, ni con ser una superestrella. Sueño con rendirle un tributo, sueño con que la nueva generación conozca quién era ella”, expresó.
Admite que tiene vicio de café, de cigarro y que le gusta el alcohol. Cuenta que le gusta bromear, mortificar y decir groserías.
“Siempre estoy diciendo palabras que no debería decir, pero bueno esa soy yo. Lo que ven es lo que hay y al que no le gusta que no me mire”, dijo riendo.
“Lisandra es natural, lisandra no vive del que dirán a Lisandra le importa poco lo que piense o haga nadie", concluyó.
Fue el cineasta cubano Daniel Ross Dieguez quien descubrió a Lisandra mientras trabajaba como camarera en el bar y quedó tan impresionado por su parecido con Amy Winehouse que incluso decidió que hiciera una fugaz aparición en su segundo largometraje de ficción, titulado “Bajo la corteza”.
Y es que al notable parecido físico con la malograda cantante británica se suman los gestos, poses, y el singular estilismo que la joven Lisandra Rodríguez explota con habilidad, potenciando la similitud entre ambas.
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