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El Presbítero Ejecutivo del Distrito Camagüey, Dizzis Ramos y el pastor Jorleidis Reynaldo, se encuentran bajo investigación policial y en prisión domiciliaria por comprar cemento en Camagüey.
Una publicación en la página de Facebook de las Asambleas de Dios ha generado una oleada de apoyo hacia los religiosos, por tratarse de un presunto caso construido por la Seguridad del Estado para frenar la labor que hace esta iglesia en su comunidad.
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"Estemos orando por nuestro Presbítero Ejecutivo del Distrito Camagüey, el Rev. Dizzis Ramos, que Dios le libre y guarde en medio de las pruebas", dice el texto publicado por la Iglesia Evangélica Pentecostal, Asambleas de Dios en Cuba.
La periodista independiente Yaiset Rodríguez Fernández explicó que el pastor Reynaldo fue enviado por Ramos a comprar cemento a la fábrica de Nuevitas donde lo estaban vendiendo legalmente y "por la libre". Adquirió una gran carga y cuando la transportaba, la policía detuvo el vehículo.
Los oficiales pidieron documentos de la compra y al revisarlos dijeron que eran falsos. El cemento fue decomisado y el pastor Reynaldo detenido.
Sorprendentemente, los únicos papeles considerados fraudulentos fueron los de esta compra, a pesar de que muchas otras personas también adquirieron cemento ese día.
Los seguidores de estos pastores cubanos advierten que el caso parece ser una trampa diseñada para detener la labor de Dizzis Ramos, quien ha tenido un impacto significativo en Camalote, la comunidad donde se encuentra su iglesia.
Ramos ha impulsado allí la construcción de casas para ancianos y personas necesitadas. Ha tenido ayuda de un ministerio global para organizar eventos en los que se regalaron juguetes y bicicletas a los niños de la zona.
El primer acusado es Reynaldo, pero Dizzis Ramos es investigado por ser el pastor principal de la iglesia. Tiene prohibido abandonar la provincia. Curiosamente, el abogado que se encargaba de defender al presbítero ha dejado de responder al teléfono.
Las personas de la fábrica de Nuevitas que vendieron el cemento y entregaron los papeles falsos no están bajo investigación. Esto refuerza la sospecha de que se trata de una operación de la Seguridad del Estado para limitar la influencia de la iglesia en la sociedad.
Desde el Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH) exigen el cese del hostigamiento, las amenazas y la represión contra los pastores Jorleidis Reynaldo y Dizzis Ramos.
Este es otro ejemplo de los desafíos que enfrentan las instituciones religiosas en Cuba, donde las pruebas fabricadas y las tácticas de intimidación, buscan silenciar y neutralizar sus labores sociales.
Falta ver hasta qué punto estarán dispuestos a llegar para acusar y condenar a estos dos pastores por un delito que ellos aseguran haber cometido.
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