El Gobierno de Cuba pospuso la realización del censo de población hasta 2025, alegando que la situación económica no permite en la actualidad llevar adelante la tarea.
Este censo de población en Cuba estaba previsto que se realizara hace dos años, pero la falta de recursos es grave en la isla.
El vicejefe de la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI), Juan Carlos Alfonso, reconoció ante la prensa internacional el impacto negativo de la situación económica en su departamento, pero aseguró que el Estado cubano cuenta con "registros muy fuertes".
El funcionario también confirmó el deterioro de indicadores de bienestar en la isla, posicionándola en un nivel intermedio en Latinoamérica.
Además, justificó que la ONEI elabora estadísticas que no se publican, como estimados de migración e indicadores de desigualdad, por motivos políticos.
Cuba lleva doce años sin realizar el censo de población y sería de mucha utilidad conocer los datos actuales en el país, sobre todo tras la crisis migratoria reciente, pues se estima que más de medio millón de cubanos han abandonado la isla, y son en su mayoría personas jóvenes, en edad laboral.
"Obviamente que todo eso tiene un costo, no hay la menor duda, un costo en la capacidad reproductiva del país, un costo en la capacidad productiva del país", reconoció el dirigente.
"Estamos trabajando para hacer el registro previo del censo este año 2024 y evaluar la posibilidad real de llevarlo a cabo en 2025, dependiendo de las disponibilidades del país", declaró Alfonso.
El retraso de esta macroencuesta afecta la disponibilidad de datos necesarios para la confección de políticas públicas y otras cuentas gubernamentales. Sin embargo, el funcionario aprovechó la oportunidad para culpar al embargo económico de Estados Unidos, por el retraso.
Añadió en la lista de problemas para hacer el censo, los efectos de la pandemia en el país, las sanciones bajo el mandato de Donald Trump y las distorsiones de la economía cubana desde 2020.
En su criterio, todos esos factores han generando escasez, inflación, apagones frecuentes y una oleada migratoria sin precedentes.
Juan Carlos Alfonso reconoció el incremento de la vulnerabilidad y desigualdad en la población, así como el deterioro del Índice de Pobreza Multidimensional (IPM), diseñado por la ONU.
También indicó que ha aumentado la desigualdad medida con el Coeficiente de Gini, dejando entrever que actualmente se sitúa entre 0,4 y 0,5, una cifra intermedia en comparación con otros países de América Latina.
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