Una familia numerosa, compuesta por una madre y sus tres hijos pequeños, que vivían en condiciones precarias en el municipio holguinero de Sagua de Tánamo, recibió con gran alegría este lunes las llaves de una vivienda digna, gestionada por un grupo de activistas cubanos.
“Hay noticias que, aunque te prepares para oírlas, es muy diferente cuando las vives. Hoy ha sido uno de esos días,” dijo en Facebook la joven madre Deysi Columbié Hernández, quien admitió que llevaba años orando por una solución para su familia, y también sufriendo sueños rotos, mentiras y falsas promesas.
Columbié agradeció a las personas a las que llamó “los invisibles”, mencionando que “solo vi el número de teléfono”, en referencia a aquellos que aportaron el dinero que ahora permite que ella y sus tres hijos menores puedan salir de la precaria vivienda donde residían, la cual se inundaba con aguas albañales.
“Cada uno que compartió de su poquito: mil gracias, Dios les bendiga por siempre”, apuntó.
La activista Johanna Jolá Alvarez, una de las principales promotoras de la iniciativa de conseguir una vivienda digna para esta familia cubana, expresó en Facebook su alegría: “¡Se logró! Entre todos los poquiticos una vez más se logró ese mucho que se necesita”.
“Entre los cubanos de aquí, los de allá y acullá, y el aporte inmenso de nuestro querido amigo Luckas y su movimiento solidario, otra familia cubana sale de la miseria más extrema”, apuntó la activista.
“Se acaba el calvario de vivir entre aguas albañales, en una casa llena de bichos y plagas. Un futuro mejor comienza para esos 3 niños pequeños gracias a la solidaridad”, señaló.
En otra publicación, Jolá destacó el instante en que la madre y sus tres hijos recibieron la llave de su nuevo hogar: “Hoy esos 3 niñitos cubanos, dormirán en un techo seguro. Su mami tiene una nueva ilusión para luchar, para decorar, para emprender un futuro mejor a pesar de los pesares”, expresó en Facebook.
En la publicación, se aprecia el momento en que los niños llegan a la nueva vivienda, un segundo captado en fotografía que resume el deseo de manos solidarias de darle mejor vida a una familia numerosa desatendida por el régimen cubano.
No es la primera vez que algunas familias, por diversas razones, logran el sueño de tener una vivienda digna gracias a la labor de activistas y la solidaridad de la comunidad, en lugar de la gestión del régimen.
Recientemente, el humorista Limay Blanco hizo entrega este fin de semana de la casa número 37 a una madre con dos niños que vivían en condiciones infrahumanas.
En un video publicado en sus redes sociales, el humorista explicó que el proceso de compra y arreglo de esta vivienda demoró casi cuatro meses porque costó mucho trabajo reunir el dinero necesario.
Hace apenas diez días, Blanco también entregó la casa número 38 a una pareja de pastores cristianos.
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