En un contexto plagado de escasez, desabastecimiento, descontento popular y sin una mejora próxima, el Consejo de Ministros de Cuba anunció nuevas medidas en su intento de “corregir distorsiones y reimpulsar la economía durante 2024”.
Así lo dieron a conocer en su reciente reunión, que según medios oficialistas de prensa, mensualmente evalúa la situación del país, con énfasis en la economía.
El gobernante Miguel Díaz-Canel Bermúdez, presente en la reunión, sobre este particular y las medidas que ya estaban establecidas por el Gobierno cubano, “insistió en trabajar conscientemente, con compromiso y con mucho control”, reseñaron desde el medio oficialista Granma.
Las nuevas medidas, explicadas de manera enrevesada en el informe de la reunión, están enfocadas en “ajustar el Plan y el Presupuesto 2024 a las condiciones de “economía de guerra”, una idea que está fraguada más en una creencia y en el poder que se le asigna al Estado, que en un estadio concreto, señaló el economista Pedro Monreal.
Aunque no llamativo por el impacto que pueda ocasionar el nombre, una “economía de guerra” implica priorizar recursos y esfuerzos en áreas esenciales y de mayor impacto, lo cual podría aumentar la eficiencia en el uso de recursos limitados. Sin embargo, podría resultar en la reducción de inversiones en sectores no prioritarios, afectando su desarrollo a mediano y largo plazo.
Además, desde el Gobierno plantean “reducir las partidas del Presupuesto con el objetivo de disminuir el déficit fiscal de 2024, partiendo de las inejecuciones; definir requisitos en la actividad presupuestada para el uso del Presupuesto aprobado, y centralizar la facultad de aprobación”; lo que plantea restricciones a los gobiernos locales, que pueden ver ralentizadas la toma de decisiones y reducir la flexibilidad de los actores locales para responder a necesidades específicas y emergentes.
Asimismo, pretenden “asignar mensualmente los recursos financieros en correspondencia con los ingresos reales del mes”; medida que podría crear incertidumbre y problemas de liquidez para proyectos y servicios que dependan de asignaciones regulares y predecibles.
Otra decisión es la de “calcular el impacto fiscal de las importaciones de las formas de gestión no estatal; conceder beneficios arancelarios, incluidas las exenciones, por la importación de materias primas e insumos para producir, así como concluir el sistema tributario para el comercio electrónico”.
Señalan como otras medidas, "el establecimiento de una política de precios única, inclusiva y en igualdad de condiciones para todos los sujetos de la economía, que incluye tanto al sector estatal como al no estatal". Una medida que si no se ajusta adecuadamente, podría ahondar en el problema entre la oferta y demanda que hoy existe, aumentando la escasez de productos.
“Se implementarán regulaciones para acotar la ganancia en las compras de productos y pagos de servicios e insumos que realiza el sector estatal al no estatal; habrá que fomentar el encadenamiento y no ceder capacidades productivas; se iniciará el proceso de elaboración del Plan de la Economía y del Presupuesto del Estado para 2025, a partir de la aprobación del Modelo Global y las Directivas de Gobierno concebidos para ese proceso; así como se avanzará en la implementación de un plan de acciones para solucionar los problemas existentes en el proceso de bancarización”, adelantaron.
Un riesgo en estas medidas es que se podría desincentivar la participación del sector no estatal en transacciones con el sector estatal si se perciben como poco rentables. Un reto que tiene por delante el Gobierno cubano, cuando en reiteradas ocasiones ha demostrado, y demuestra, la ineficacia de sus políticas.
Los desafíos de esta puesta en práctica, deben ser manejados con cuidado para evitar efectos negativos sobre la población y sectores clave de la economía.
Según la Viceministra Primera de Economía y Planificación, Mildrey Granadillo de la Torre, las medidas tienen “un carácter integral y parten de la compleja situación existente en la economía”.
Aseguró que las acciones se han centrado en “avanzar en la estabilización macroeconómica del país, proceso complejo, que exige de coordinación y alineación, entre los organismos globales de la economía”, cuyo objetivo es “perfeccionar los mecanismos de planificación, las relaciones entre los actores de la economía, la captación de financiamientos, eliminar la evasión fiscal, e incrementar la producción”.
El economista cubano Pedro Monreal ve con recelo estas medidas. En un reciente hilo de X donde criticó el informe de prensa del periódico Granma también señaló que “se observa una especie de esquizofrenia económica cuando se habla de “centralizar” la aprobación de presupuestos, de una política de precios “única”, y de más regulaciones, a pesar de reconocerse problemas de burocracia y de control institucional “ineficiente”.
Monreal calificó al Consejo de Ministros como “un órgano de gobierno empantanado en una retórica gastada, una comunicación nebulosa de resultados y acciones, y un equipo económico aparentemente perplejo frente a la macro desestabilización del país”.
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