El Servicio Nacional de Fronteras (Senafront) de la República de Panamá cerró al menos tres pasos fronterizos comúnmente utilizados por los migrantes que transitan por la peligrosa selva del Darién, en su paso hacia Colombia y con destino final Estados Unidos.
En un comunicado la entidad gubernamental panameña anunció que "se tomaron medidas para el control de la migración irregular masiva que enfrenta el Estado panameño" con el fin de "canalizar la migración irregular" hasta Bajo Chiquito, el primer poblado al que llegan los migrantes después de atravesar la selva del Darién a pie, menciona en un reporta DW.
La medida fue descrita como un bloqueo de "tres pasos no autorizados que utilizan los migrantes irregulares, que se identifican como los pasos por la costa pacífica y la costa Caribe (...), así como los pasos terrestres que dan acceso al sector del Hito de Chucurti, este último fue bloqueado con barreras perimetrales que impiden el paso de los migrantes".
El objetivo es concentrar las fuerzas policiales en un solo punto, puesto que con la anterior estrategia estas estaban divididas, por lo que “dispersaba la eficiencia en la lucha contra las organizaciones delictivas transnacionales que se benefician del tráfico de personas, de cobros ilícitos y otros delitos conexos a esta población vulnerable", añaden.
La selva del Darién es una inhóspita franja de 100 kilómetros entre las fronteras de Colombia y Panamá. En 2023, casi alcanzó la dramática cifra de 500,000 atravesándola.
La organización Médicos sin Fronteras (MSF) informó en un comunicado que se trata de una crisis sin precedentes y "desatendida" por las autoridades, pues los inmigrantes se enfrentan a uno de los tramos migratorios más peligrosos del mundo.
El nuevo ministro de Seguridad Pública de Panamá Frank Ábrego ponderó recientemente estas medidas que se han tomado para enfrentar la crisis migratoria.
Ábrego confirmó la instalación de bloqueos en la mayoría de la ruta, para, entonces, establecer un cordón humanitario.
Esta decisión forma parte del cumplimiento de las promesas del recién asumido presidente de Panamá José Raúl Mulino, quien ha dicho que quiere detener la incesante migración irregular por la jungla del Darién con ayuda de Estados Unidos.
“No permitiré que Panamá sea un camino abierto a miles de personas que ingresan ilegalmente a nuestro país aupados por toda una organización internacional relacionada con el narcotráfico y el tráfico de personas”, declaró al inicio de su discurso tras juramentar al cargo de presidente el pasado 1 de julio, en un acto en el Centro de Convenciones Atlapa sobre la bahía del Pacífico en la capital panameña.
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