Donald Trump hizo su aparición el lunes en la Convención Nacional Republicana con un vendaje sobre su oreja derecha, y fue acogido por una multitud de seguidores entusiastas después del atentado contra su vida el pasado sábado.
El expresidente ingresó a la convención en Milwaukee sereno, con el puño en alto y al son de una interpretación en vivo de "God Bless the USA".
Muchos de sus seguidores lo aclamaron con lágrimas en los ojos, y durante el evento donde fue confirmado como el candidato republicano a las elecciones de noviembre también se mostró emocionado agradeciendo a todos.
En el encuentro saludó a aliados políticos clave. Fue acompañado de miembros de su familia, incluidos tres de sus hijos, pero no asistió su esposa Melania.
Aparentemente el atentado contra Trump le ha dado un impulso político significativo que él está aprovechando.
En el Fiserv Forum de Milwaukee, el expresidente escuchó cerca de una hora de discursos mientras estaba sentado junto a su compañero de fórmula y candidato vicepresidencial, el senador de Ohio JD Vance.
Trump hizo el anuncio de que Vance estaría en la boleta electoral de noviembre solo horas antes del inicio de la convención. También tenía entre sus prospectos al cubanoamericano Marco Rubio.
Los partidarios y delegados republicanos habían estado esperando durante horas la aparición del expresidente, que no estaba oficialmente programada para el primer día de la convención.
Por su parte, Joe Biden también reapareció en la campaña electoral tras el atentado contra su predecesor, y se espera que sostenga una estrategia que apunte a las políticas -y no a la personalidad- para hacer frente a Trump.
Antes de los actos públicos en Nevada este martes, Biden dio a conocer nuevas acciones para reducir los costos de la vivienda, incluyendo un plan para limitar los alquileres cobrados por ciertos propietarios.
Los funcionarios dicen que las medidas están destinadas a aliviar una carga financiera significativa para millones de votantes; y muchos coinciden en que también permitirán a Biden vender a los electores la esencia de sus propuestas, en lugar de atacar la moral y la personalidad belicosa del empresario republicano.
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