“Si Edmundo gana, entregamos y seremos oposición, listo” ha dicho al medio español El País Nicolás Maduro Guerra, hijo del presidente de Venezuela y diputado del estado La Guaira de la Asamblea Nacional por el partido oficialista PSUV, en una conversación en la que parecía cerrar fácilmente una fórmula.
Venezuela, controlado por Nicolás Maduro, anunció las elecciones presidenciales para el próximo 28 de julio, evocando las "mega elecciones" del año 2000.
Con esta convocatoria, el mandatario busca su segunda reelección por seis años más, a pesar de una popularidad en declive.
“Nosotros vamos a ganar, te lo ratifico”, ha dicho el único hijo del presidente reafirmando una confianza en las encuestas que ellos reconocen.
A las elecciones de este domingo 28 de julio están convocadas más de 21 millones de ciudadanos a votar tanto en el país como en el extranjero. El presidente Maduro, candidato por el oficialismo aparece en 13 tarjetas representando a diferentes organizaciones políticas que respaldan su candidatura.
Sin embargo, sólo 69,211 venezolanos en el exterior están habilitados para sufragar, lo cual representa una pequeña fracción de los aproximadamente ocho millones que han emigrado, que según datos de la ONU. Las trabas gubernamentales son las principales causas de esta situación.
El contrincante con mayores posibilidades es Edmundo González Urrutia, representante de la oposición mayoritaria.
A este candidato opositor lo respalda su destacada trayectoria profesional que se inició en el Ministerio de Asuntos Exteriores de Venezuela. Fue Embajador en Argelia (1991-1993) y Argentina (1998-2002). A pesar de eso, era un desconocido para la mayoría de los venezolanos hasta hace poco.
El apoyo de la líder opositora María Corina Machado, fortaleció su candidatura, y lo ha convertido en un rival viable, que podría poner fin a más de dos décadas de chavismo.
El hijo del actual presidente insistió a El País que cuando el chavismo no ha ganado, siempre lo ha aceptado. “La historia ha demostrado que el día que nosotros no ganamos, nosotros reconocemos. Siempre, todas las elecciones, cada una”.
“Creo que el 29 de julio debe amanecer un país primero en paz. Sea cual sea el resultado, y te lo digo con toda la responsabilidad, sea cual sea el resultado. Nosotros contamos con que vamos a ganar”, expresó Maduro Guerra.
El chavismo ha gobernado en Venezuela durante los últimos 25 años. Primero, con la victoria democrática de Hugo Chávez en 1999 y luego, tras la muerte de este en 2013, su sucesor, Maduro ganó la presidencia por un estrecho margen y adoptó políticas más autoritarias.
Esta elección se presenta con las que mayores posibilidades tienen un candidato de la oposición, aunque Maduro ha lanzado varias amenazas por si no logra el triunfo.
En febrero pasado, aseguró que en estas elecciones presidenciales su equipo va a ganar "por las buenas o por las malas".
Sus maniobras impidieron a la exdiputada María Corina Machado, principal figura de la oposición, presentarse como candidata debido una prohibición a ejercer cargos públicos por 15 años que le impuso la Contraloría en 2015 y ratificó el Tribunal Supremo en enero.
Mientras que en estas fechas, previas a la jornada electoral, varios han sido los vetos para que observadores que han planteado posturas no convenientes para el régimen se bajen en su calidad de observadores.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, reveló hace unas jornadas que se asustó al escuchar a Maduro decir que si pierde las elecciones del próximo domingo en Venezuela habrá "un baño de sangre" en su país.
El mandatario brasileño contó que habló dos veces con Maduro y le advirtió que "si quiere contribuir a resolver el problema de crecimiento de Venezuela y la vuelta de los que se fueron, tiene que respetar el proceso democrático".
Lula aclaró que, en la democracia, "el que pierde se lleva un baño de votos, no un baño de sangre", y que "Maduro tiene que aprender que cuando uno gana se queda, y cuando pierde se va y se prepara para otras elecciones".
En opinión del líder del Partido de los Trabajadores, los comicios del domingo serán "la única oportunidad" para que Venezuela "vuelva a la normalidad" y que el país se reintegre a la comunidad regional e internacional.
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