El cubano nacionalizado polaco Wilfredo León, para muchos el mejor voleibolista del mundo, será uno de los atletas nacidos en Cuba cuya maestría podrá disfrutarse en estos Juegos Olímpicos.
Wilfredo, quien cumplirá 31 años precisamente durante el evento, competirá por Polonia, el país que le otorgó la ciudadanía desde 2015, donde encontró el amor y ha formado una familia.
"Cuba siempre tendrá un lugar en mi corazón, Polonia es mi presente y mi futuro", dijo en una entrevista con olympics.com en 2020.
Natural de Santiago de Cuba, compite por Polonia desde 2019. Con su equipo ganó el año pasado la VNL y el Campeonato de Europa por segunda vez, torneo en que fue distinguido con el título de MVP. A Paris llega con el récord de velocidad de saque de 138 km por hora, que logró en 2020.
Debutó con 14 años en la selección nacional de Cuba, con la que jugó hasta 2012, cuando decidió irse en busca de mejores oportunidades en el deporte profesional.
"Cuando tenía 13-14 años, mis compañeros de equipo tenían 23, 24, 27... algunos veteranos tenían incluso 29 años. Tuve que aprender a vivir con eso, incluso con algunos chistes demasiado pesados para un niño de mi edad en ese momento. Fortaleció mi carácter, me dio la disciplina y las herramientas para vivir en este mundo, y me hizo comprender cuál era el camino correcto a seguir", dijo en una ocasión.
Tras irse de Cuba, jugó primero en el Zenit Kazán de Rusia, desde 2014 a 2018. Allí ganó cuatro veces seguidas la Champions League, así como el Mundial de Clubes de la FIVB de 2017.
En 2018, ya considerado una de las máximas estrellas del voleibol mundial, se unió al club italiano SIR Safety de Perugia. En su primera temporada ganó la Copa Italia y estableció el nuevo récord de aces (94) en la historia del campeonato italiano. Hasta este año, cuando anunció su partida, el cubano ganó tres Copas Italia y cuatro Supercopas.
"Solo me preparo para ganar oro, no para la plata o el bronce. Entreno para ganar y ganar te lleva al oro", afirmó.
Con 2,02 metros de estatura y 96 kg de peso, León ha conseguido unir sus cualidades físicas a una fuerte preparación para lograr unas condiciones excepcionales que lo hacen brillar en el tabloncillo: una gran velocidad en el saque, una alta capacidad de salto y un remate superpotente.
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