El general de ejército (r) Raúl Castro llamó este lunes al dictador Nicolás Maduro para felicitarlo por el resultado de las elecciones en Venezuela.
“El General de Ejército Raúl Castro Ruz conversó telefónicamente con el compañero Nicolás Maduro Moros para felicitarlo por la victoria electoral alcanzada en los comicios celebrados hoy en la República Bolivariana de Venezuela”, indicó en un comunicado el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba (MINREX).
La nota oficial indicó que el nonagenario general que controla las riendas del régimen cubano, “transmitió al Presidente electo que el triunfo alcanzado por el pueblo venezolano constituye una contundente demostración de la Unión Cívico-Militar del pueblo bolivariano y chavista”.
Gracias a esa corrupta alianza entre militares y esbirros bolivarianos, diseñada y puesta en marcha desde La Habana, el dictador Maduro “ha resistido los efectos negativos de las injustas medidas coercitivas unilaterales impuestas por el Gobierno de los Estados Unidos, los actos violentos y de injerencia en los asuntos internos de Venezuela”, según la cancillería cubana.
“El Líder de la Revolución Cubana le ratificó al compañero Maduro la solidaridad y cariño de Cuba”, concluyó la escueta nota del MINREX que se suma a las felicitaciones enviadas por el puñado de cancillerías aliadas de ambos regímenes no democráticos, como las de China, Rusia e Irán.
Este lunes, luego de una jornada de votación marcada por la tensión y salpicada de sucesos violentos y polémicos protagonizados por la maquinaria represora del régimen de Maduro, el Consejo Nacional Electoral (CNE) anunció la reelección de Maduro.
Las cifras esgrimidas por la entidad al servicio del poder chavista se contradijeron por amplio margen con aquellas manejadas por el Comando Nacional de Campaña de la líder María Corina Machado y el candidato Edmundo González Urrutia.
De inmediato, se extendió entre los venezolanos la sensación de haber sido estafados una vez más por unos gobernantes aferrados al poder y dispuestos a negar la evidente desafección popular hacia el poder que usurpan.
Una ola de protestas y rechazo por parte de la oposición y de una parte significativa de la población se desató al mismo tiempo que la frustración se extendía entre millones de votantes que anhelaban y veían seguro el momento del cambio en Venezuela.
Ahora La Habana respira tranquila tras haberse consumado el fraude electoral que los venezolanos y la comunidad internacional temían.
Sin embargo, las primeras reacciones de líderes internacionales, gobiernos y cancillerías de la región y el mundo auguran un escenario complejo en el que las autoridades del régimen de Maduro tendrán muy difícil legitimar sus resultados, cuestionados por su falta de transparencia y por las violaciones cometidas durante todo el proceso, desde que se convocaron, hasta el mismo día de las polémicas elecciones.
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