Cuba, el segundo país más ganador en materia de boxeo olímpico, solo tiene una posibilidad de oro en París 2024: Erislandy Álvarez, un joven de 24 años que intentará vencer al favorito y local Sofiane Oumiha, en el cierre de los 63,5 kilogramos.
Desde Beijing 2008, la isla siempre alcanza títulos en justas bajo los cinco aros, y la última vez que obtuvo solo dos preseas fue en México 1968, cuando celebró las medallas de plata de Enrique Regüeiferos y Rolando Garbey.
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Arlen López, un bicampeón que falló en busca de su tercer reinado, debió conformarse con la tercera posición, un resultado destacable si entra en la conversación el capitán del equipo, Julio César la Cruz, eliminado en su estreno en territorio francés.
Cuenta la historia que López y La Cruz fallaron en el intento de unirse al exclusivo club de los triple monarcas olímpicos en el arte de Fistiana: el húngaro Laszlo Papp (1948, 1952, 1956) y sus coterráneos Teófilo Stevenson (1972, 1976, 1980) y Félix Savón (1992, 1996, 2000).
La tarea de Álvarez no será fácil, pues Oumiha es plata de Río de Janeiro 2016 y tres veces campeón mundial (2017, 2021, 2023), como recuerda el periodista Francys Romero en la red social Facebook.
“Queda una (pelea) y vamos a darlo todo, esta es la última y es la más importante”, dijo Álvarez a la agencia AP sobre el combate más importante de su carrera, que exhibe, además, una plata en el mundial de 2023.
Atrás quedaron los tiempos Stevenson y Savón, o de otros legendarios exponentes como Emilio Correa, Ángel Herrera, Héctor Vinent, Ariel Hernández, Mario Kindelán, Guillermo Rigondeaux, Robeisy Ramírez, entre muchos más.
Hoy el boxeo cubano tiene un nombre: Erislandy Álvarez, su única esperanza dorada en la “Ciudad de la Luz”
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