Un ciudadano cubano fue arrestado este martes acusado de ser parte de la banda criminal que asesinó a tiros a tres personas que pretendían comprar 100,000 dólares, el fin de semana en La Paz, Bolivia, informaron autoridades de ese país.
Yarinel Martínez Maqueira, alias Yari, fue detenido por su presunta participación en el triple asesinato junto a otros tres sospechosos, identificados como Omar y Norman Copaja Chuquimia y Jorge Catalán Osinaga.
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Los hechos ocurrieron el sábado en la noche en el poblado de Unduavi, en el camino que conecta el departamento de La Paz con Los Yungas, cuando los cuatro supuestos autores del crimen trasladaban en un minibús a sus víctimas, a las que engañaron con la falsa promesa de venderles las divisas “a un precio de cambio accesible”, informó este martes el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, en una conferencia de prensa en la que se presentó a los acusados.
Las víctimas fueron identificadas como Verónica Aguirre, de 34 años; Domingo Santos Mamani, de 33, y José Luis Vargas, de 27 años.
Los tres presentaban heridas infligidas por arma de fuego en la cabeza, “desde el cráneo hacia adelante, han sido ejecutados”, afirmó Del Castillo. También tenían heridas en la zona del cuello, provocadas por un arma punzocortante después de su muerte.
De acuerdo con las autoridades, el pasado sábado, alrededor de las 10:00 p.m., las víctimas salieron de su casa, en la zona de San Agustín, en El Alto, en un vehículo alquilado y conducido por uno de los sospechosos, con el propósito de realizar la transacción monetaria. Sus familiares denunciaron la desaparición el domingo.
Presumiblemente, las tres personas habían sido contactadas por Omar Copaja para efectuar la compraventa de la alta suma de dólares por un precio de 7.10 bolivianos, en Los Yungas, en momentos en que en Bolivia se ha agudizado la escasez de divisas y muchos recurren al mercado informal para adquirirlas. El cambio oficial del dólar es de 1 x 6.96 bolivianos, pero debido a la falta de esa divisa en el país, ha llegado a cotizarse en el mercado negro a más de 12 bolivianos, y en ocasiones al doble o más de su valor oficial.
Los cuatro sospechosos convencieron a sus víctimas de detenerse en el camino antes de llegar a Los Yungas con el pretexto de “bendecir” el dinero que iban a cambiar, y en un lugar denominado “Tres Marías”, los ultimaron a tiros para robarles.
Los cadáveres de los jóvenes fueron encontrados en la mañana del lunes, dentro de una caseta de madera y calamina que un agricultor de la zona usaba como depósito. Al llegar allí, el hombre creyó que los tres dormían e intentó despertarlos, hasta que vio la sangre y se dio cuenta de que estaban muertos. Él y su esposa dieron parte a la Policía.
Copaja (Omar) fue capturado en Uyuni, en el departamento de Potosí, cuando presumiblemente intentaba abandonar Bolivia. Según las autoridades, él habría convencido a Santos -un familiar suyo que terminaría siendo una de las víctimas- para realizar la transacción; además, fue el chofer del minibús.
Martínez fue detenido en una casa que cuidaba en la zona de Ciudad Satélite, en El Alto. Allí la policía encontró un arma de fuego, calibre 9 milímetros, que fue utilizada para ejecutar a las víctimas. El viajó como copiloto en el vehículo donde trasladaron a los tres jóvenes, según quedó captado por cámaras de vigilancia.
En La Paz también fue arrestado Catalán, quien se encontraba realizando labores de albañilería al momento de la detención. Por último, la policía detuvo en El Alto a Norman, el cuarto implicado en el brutal crimen. Ninguno de los sospechosos tiene antecedentes penales.
Luego de recibir la denuncia de desaparición de los jóvenes por parte de sus familiares, las autoridades abrieron una investigación por el delito de trata y tráfico de personas. Sin embargo, en el curso de las pesquisas, la policía obtuvo las evidencias de que se trataba de un asesinato.
El ministro de Gobierno de Bolivia afirmó en la rueda de prensa que “se cuenta con elementos, indicios y pruebas suficientes que demuestran que ellos serían los autores. (...) Hemos cambiado el tipo penal, que ya no sería trata de personas, sino que están siendo investigados y serán sentenciados por el delito de asesinato”.
Los imputados podrían recibir una condena de 30 años de cárcel por el triple crimen cometido.
Martínez es natural de Nueva Gerona, Isla de la Juventud, adquirió la residencia definitiva en Bolivia en 2023 y tiene un hijo de cinco años nacido en el país.
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