Vivian Limonta Reyes, una cubana madre de un niño de dos años que fue deportada la pasada semana desde EE.UU. junto a otras 47 personas, ha suplicado desde la isla a las autoridades de inmigración que reevalúen su caso y que le permitan regresar junto a hijo y a su esposo, un cubano nacionalizado estadounidense.
Se da el caso, además, de que su hijo está diagnosticado con déficit de atención (ADHD) y se encuentra a la espera de una evaluación en noviembre por posible autismo.
La separación ha sido devastadora para Vivian, quien dice que desde que llegó a Cuba no puede dejar de pensar en su hijo y en el difícil reto que enfrenta su esposo al cuidar al niño solo.
"Mi cabeza está allá, pensando en esa criatura y en el trabajo que está pasando su padre con él. Es lo más duro que he podido vivir. Desde que llegué el martes, no sé lo que es comer", dijo en declaraciones a Telemundo 51 la mujer, visiblemente afectada.
También desesperado en Florida está su esposo, Osmani Pérez, quien de repente se ha visto frente al reto de ser el único sustento económico y afectivo del menor.
"Yo puedo hacer todo lo posible como padre, pero ahora soy padre y madre. Tengo que ser sustento también. No sé, el cariño de la madre no se sustituye", lamentó.
"Estoy sinceramente muy decepcionado de este país. Llevo 31 años en este país, soy ciudadano, y el niño nació aquí. No entiendo cómo no tienen en cuenta eso", añadió.
Vivian Limonta fue enviada de regreso a Cuba la pasada semanadespués de haber pasado un mes en el Centro de Detención de Broward.
La mujer había vivido en Estados Unidos desde 2020 con una I-220B, que le permitió permanecer en el país tras haber ingresado de manera irregular. Sin embargo, su vida cambió drásticamente en su quinta cita con inmigración en Miramar.
"El 15 de julio fui a firmar, y a las 12:30 un deportador salió y me dijo que iba a ser trasladada a Broward", relata ahora Limonta.
La mujer rememoró, además, le dijeron: "Limonta, recoja que usted se va en el vuelo de deportación de hoy".
El abogado de inmigración Eduardo Soto, quien está al frente del caso de Limonta, informó que se presentó una suspensión de la deportación y que están a la espera de la decisión del tribunal federal.
Mientras tanto, la incertidumbre y el dolor persisten.
Desde Cuba Vivian Limonta implora por una segunda oportunidad, no solo por ella sino sobre todo por el bienestar emocional de su hijo, cuya condición médica requiere de la presencia de su madre.
"No es justo lo que está pasando. Hoy fui yo con mi niño de dos años, pero mañana puede ser otra madre igual. No es justo que estén separando a las madres de sus hijos", concluyó.
Vivian también hizo un llamado a las autoridades de ICE para que consideren cada caso de manera individual antes de tomar decisiones que puedan destrozar núcleos familiares.
Esta madre cubana apela a una segunda oportunidad principalmente por la condición clínica de su hijo, que vuelve el caso todavía más delicado.
Previamente se informó que el esposo de Vivian Limonta intentó frenar la deportación de su esposa a través de la oficina del congresista Carlos Giménez, que emitió un comunicado lamentando lo sucedido.
Al darse a conocer el caso, el mes pasado, se precisó que Vivian fue participante del programa de Inmigración MPP, iniciado por Estados Unidos en 2019. La cubana tuvo problemas para asistir a una cita de inmigración y automáticamente le otorgaron una deportación en ausencia. Al cabo de cuatro años ese documento I-220B le pasó factura.
Entre abril de 2023 y agosto de este año, un total de 816 cubanos han sido deportados a la isla.
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