Una protectora de animales cuestionó este domingo el accionar de las instituciones cubanas responsables de la protección de la naturaleza, expresando su indignación ante la promoción de la venta de ardillas rojas en La Habana.
En una publicación en Facebook, Elizabeth Marela Cardoso Pérez criticó duramente a los vendedores que, según ella, lucran con el sufrimiento de animales sin ningún conocimiento sobre su manejo y cuidado.
“Este tipo de publicación me da mucha tristeza con los animalitos y, al mismo tiempo, una gran indignación con estos buenos para nada que lucran con el sufrimiento de especies”, escribió, haciendo hincapié en que los compradores también comparten responsabilidad al adquirir estos animales por mera vanidad o desconocimiento de su bienestar.
“No tienen ni la más mínima idea de cómo manejarlas, porque lo único que les importa es el dinero que pueden obtener”, expresó con gran indignación.
La activista fue más allá, al señalar que no solo los vendedores y compradores son culpables, sino también las instituciones encargadas de la protección de la fauna, a quienes acusó de no cumplir con su deber: “¿Dónde está Flora y Fauna? Esto es público y no hacen nada”, denunció, subrayando la falta de acción de las autoridades para controlar el tráfico de especies.
Además, lamentó que el mecanismo de denuncias existente sea ineficaz, calificándolo de “insoportable e inoperante”.
Cardoso criticó también la burocracia que permite que los delincuentes sigan actuando sin freno, y consideró que la falta de funcionarios comprometidos con la protección de la fauna y la naturaleza solo agrava la situación, mientras la comunidad animalista se siente cada vez más desprotegida.
Junto a su fuerte crítica, la mujer compartió algunas capturas de publicaciones que circulan en las redes sociales, donde se promociona la venta de las ardillas rojas.
“Amantes de las mascotas. Tengo ardillas rojas muy lindas para su hogar. Soy de La Habana, Lawton. Interesados al pv”, reza uno de los anuncios publicado por el usuario Jose Canitrot.
La misma persona, según se aprecia en otra de las capturas, publicó que buscaba una persona que se dedicara a cazar ardillas rojas por la zona de Puente Grande: “Se las compro todas”, apuntó.
Otro perfil de Facebook, con el nombre de China MI, denunció en el grupo “SOS callejeros. Cuba” que el propio Jose Canitrot hizo una publicación promocionando la venta de esta especie.
En las capturas compartidas se aprecian varias jaulas con ardillas rojas encerradas en ellas.
Las ardillas rojas es una especie invasora que ha encontrado también personas que disfrutan verlas en libertad, tal y como se puede apreciar en un video compartido por el portal de noticias CubaNet.
Sin embargo, la crisis económica actual ha llevado a muchas personas a buscar ingresos por medios insólitos, como la comercialización de animales salvajes o especies invasoras.
En 2021, el activista por la protección y derechos de los animales en Cuba, Javier Larrea, denunció en su perfil de Facebook la supuesta venta de un murciélago en la isla por el valor de 4,000 pesos.
Otra activista, Beatriz Batista, denunció en 2020 la venta de una lechuza con fines religiosos a través de la plataforma de clasificados Revolico: “Mientras más tiempo pasa en este absurdo de virar la cara, ser cómplice de cuerpos animales sin vida... más nos desarrollamos como sociedad ignorante y cruel”, dijo.
En 2021, la Oficina de Regulación y Seguridad Ambiental de Cuba denunció el incremento del comercio ilícito de aves silvestres, así como otras especies.
Según explica el medio estatal Cubadebate, la demanda del organismo obedece al uso de estas especies como mascotas, al consumo de su carne, a la elaboración de artesanías y también a determinadas prácticas religiosas.
Aunque el régimen cubano promulgó en 2021 el Decreto Ley de Bienestar Animal, las constantes denuncias de los ciudadanos evidencian su escasa efectividad en la práctica.
Específicamente, el artículo 58, inciso h) señala que es una infracción “comercializar, transportar, poseer, capturar, reproducir y cualquier otra acción de manejo de animales que se realice incumpliendo las disposiciones vigentes”.
Además, en su Artículo 83, establece que el control de las poblaciones de animales en vida silvestre puede realizarse por causas sanitarias justificadas, como el crecimiento excesivo de individuos de una especie, la presencia de especies invasoras o plagas, y enfermedades.
Pero, el sacrificio de estas especies invasoras requiere autorización de las autoridades competentes, y debe realizarse de manera rápida y compasiva.
El Decreto-Ley de Bienestar Animal de 2021 en Cuba establece regulaciones estrictas sobre la comercialización de animales vivos, incluyendo especies invasoras, según lo cual, las personas que se dediquen a la comercialización de animales deben contar con las licencias y autorizaciones correspondientes, conforme a la legislación vigente.
Las personas que cometan estas infracciones pueden enfrentar multas de hasta 1,000 pesos, las que serían impuestas por las autoridades competentes.
Uno de los aspectos más criticados por los activistas es la falta de severidad de la Ley de Bienestar Animal en cuanto a los delitos que afectan a los animales, incluidas las especies invasoras.
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