Una cubana pidió ayuda a través de las redes sociales para paliar la situación de extrema pobreza en la que vive una joven madre y su bebé de un año de nacido, necesitados de enseres domésticos y recursos para hacer más habitable su vivienda.
Identificada en Facebook como Yuliet Gómez, la internauta describió la situación en la que se encuentra la joven Yudisleidi y su hijo, que residen en la comunidad de San Germán, municipio Urbano Noris, en la provincia de Holguín.
“Pido encarecidamente la ayuda de todo aquel que estas imágenes le toque el corazón y desee ayudar con lo que sea. Nada se les pide nuevo, puede ser de uso. Esta es una amiga mía de San Germán, la cual vive en una pequeña y humilde vivienda sola, con su pequeño bebé de tan solo un año de edad. Ella tiene 24 años”, refirió la cubana en su publicación.
Acompañado de imágenes de la vivienda de la joven madre, el mensaje de auxilio describió las condiciones de vida de la madre y su hijo.
La casa, un bajareque de tablas, planchas de metal, tejas de fibrocemento y parches de cualquier material por los cuatro costados, está en los límites de lo habitable para una persona, mucho más para la crianza de un niño pequeño.
“A simple vista pueden ver su casita, la cual cuando llueve se moja por dentro. No tiene un fogón. Ese es su bañito. Ella vive detrás del hogar de ancianos. Muchos la conocen, se llama Yudisleidi”, dijo su amiga.
Las necesidades de la madre y su hijo abarcan desde alimentos, ropas, enseres domésticos, juguetes, además de lo que pueda hacerse para mejorar las pobres condiciones de su vivienda.
En ese sentido, Yuliet se ofreció de intermediaria de la ayuda y dio su número de teléfono para que los interesados se comuniquen con ella (63747643), indicando que puede ofrecer más información del caso por WhatsApp, por donde puede dar el número de contacto de Yudisleidi para aquellos que quieran hablar directamente con la joven.
Asimismo, pidió que compartieran su publicación de redes sociales para hacer llegar a más personas el mensaje de auxilio.
La pobreza extrema y la desigualdad se extienden por Cuba
La miseria y la pobreza extrema se extienden por Cuba mientras el gobierno de la "continuidad" de Miguel Díaz-Canel continúa aplicando políticas que agravan la situación y acrecientan la desigualdad en la sociedad.
Ante la incapacidad o falta de voluntad de los gobernantes para encontrar soluciones, los cubanos acuden cada vez más a las redes sociales para solicitar ayuda u organizarse para hacer donaciones a aquellos más desfavorecidos.
A comienzos de junio, activistas cubanos lanzaron una petición de ayuda para niños que vivían en condiciones de extrema pobreza en poblados de la Sierra Maestra y otros sitios intrincados de la provincia de Santiago de Cuba.
Yankiel Fernández, coordinador del Proyecto Humanitario Aliento de Vida, hizo un llamado en redes sociales a toda persona que pudiera colaborar con donaciones para los niños y otros residentes en esas comunidades que carecen de lo más elemental, como alimentos, ropa y medicinas.
A mediados de abril, un grupo de cubanos entregó alimentos a ancianos vulnerables en La Habana, en un contexto de escasez e inflación que empuja a miles de personas a los límites de la indigencia en la isla.
Fernández también tomó cartas en el asunto e informó en Facebook que, con la colaboración de donantes de dentro y fuera de la isla, pudieron comprar "alimentos para algunos ancianos con muchas carencias".
A finales de marzo, un matrimonio de ancianos que vivía en condiciones de extrema pobreza en Holguín recibieron la ayuda solidaria de varios cubanos.
El activista Norge Ernesto Díaz Blak (Noly Blak) conoció sobre este caso social y, al entrevistar por primera vez a la señora, ella confesó que estaba mareada porque tenía hambre.
Díaz se acercó a la vivienda y descubrió que los ancianos estaban en condiciones de extrema pobreza y se dispuso a ayudarlos, con la colaboración de otras personas.
Recaudó dinero, recursos y hubo quienes aportaron también su tiempo de trabajo para mejorar las condiciones de vida de estos ancianos, que son vecinos de Escondida, un poblado rural a 90 kilómetros de Holguín.
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