Una internauta pidió apoyo este lunes para ayudar a un padre y sus dos hijos pequeños, quienes venden maní y recogen latas en las calles de Santiago de Cuba.
Yelsira Nápoles informó de la situación de esta familia en el grupo de Facebook “360 Santiago de Cuba Compra y Venta Revolico” y expresó su preocupación al ver a los niños en condiciones de necesidad, especialmente a una pequeña de seis años cargando un saco de latas.
“Esto está duro, pero siempre tenemos algo de nuestros niños que no le ponemos”, apuntó la mujer, quien hizo hincapié en que estas personas “son muy sanas” y realmente necesitan cualquier tipo de ayuda que se les pueda ofrecer.
Nápoles invitó a los interesados en colaborar a contactarla al número 58807465 para hacerle llegar donaciones, ya que se ofreció a servir de enlace para entregarlas.
También ofreció la dirección de la familia, en calle D #157, entre 5 y 7, en el reparto Desy, para aquellos que quieran acercarse a ofrecer su ayuda directamente.
La profunda crisis económica en Cuba ha hecho que sea cada vez más común ver a niños trabajando en las calles para ayudar a la economía familiar.
En marzo último, por ejemplo, dos niños cubanos fueron captados vendiendo dulces para ganarse la vida en La Habana, a pesar de que el régimen históricamente ha presumido de haber erradicado el trabajo infantil.
El Instituto Cubano de Libertad de Expresión y Prensa (ICLEP) publicó las fotografías de un menor de edad que vende marquesitas en La Habana y de otro que carga a sus espaldas varias bolsas de lo que parece ser pan, en medio de un clima de creciente inflación que mantiene a miles de hogares en los límites de la pobreza.
En días pasado, se hizo viral el caso de un niño en Camagüey vendiendo tamales para ayudar a su familia, y esta historia enseguida movilizó a la comunidad de cubanos quienes ayudaron al pequeño.
El periodista independiente José Luis Tan Estrada denunció este caso en su perfil en Facebook, destacando la cruda realidad que enfrentan muchos menores en Cuba, atrapados en una crisis económica que los obliga a trabajar desde temprana edad.
El trabajo infantil se ha vuelto tan recurrente en los últimos meses que incluso la prensa oficialista ha tenido que reconocerlo, reflejando la gravedad y complejidad del contexto socioeconómico actual en Cuba.
Una investigación realizada por el periódico Sierra Maestra reveló casos de estudiantes de enseñanza primaria que faltan a clases para trabajar. Llegan tarde o se ausentan de las escuelas para ayudar a sus familias, algo que el régimen criticó durante décadas, culpando al capitalismo y asegurando que "en la Revolución eso no pasa".
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