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Un cubano que trabajaba en la construcción de un puente en la ciudad de Tapachula, en México, cayó de un andamio, desde una altura de aproximadamente 15 metros, y sufrió heridas de gravedad que lo mantienen hospitalizado y en espera de una cirugía desde hace dos semanas.
El cubano, identificado como Raicer N., de 47 años, laboraba en la obra del puente elevado de la 17 calle poniente, en esa ciudad del estado de Chiapas, cuando ocurrió el accidente, el pasado 11 de septiembre, en el que también resultó gravemente herido otro trabajador, identificado como Víctor N., de 38 años y oriundo de El Salvador, según informaron medios locales.
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Al ser atendido por los paramédicos del grupo SAE, Raicer presentaba una herida en la zona parietal del cráneo y una fractura expuesta en la tibia y el peroné, cerca del tobillo, reportó el periódico El Orbe.
“Aunque estaba consciente y orientado, fue necesario realizarle un empaquetamiento completo y monitorear sus signos vitales antes de ser trasladado al hospital”, señaló el diario en una publicación en Facebook.
El segundo trabajador, al caer, impactó de cabeza contra el parabrisas de un vehículo y luego, el andamio cayó sobre él. Ambos accidentados fueron reportados por los servicios médicos “con un pronóstico reservado debido a la gravedad de sus lesiones”.
Según un comentario publicado dos días después por el perfil “Quinto Poder de México”, del propio diario mexicano, los dos accidentados son migrantes, al parecer sin estatus legal, como miles que permanecen en esa ciudad del extremo sur mexicano, convertida en “epicentro de la crisis migratoria en la zona fronteriza entre México y Guatemala”.
Por esa razón, advirtió el sitio, “los cuerpos de emergencia los tuvieron que llevar al hospital regional, debido a que presuntamente no contaban con seguro médico”.
En una actualización del caso, informó hace unos días que el cubano aún no ha sido operado, porque “el hospital regional no cuenta con los materiales necesarios”.
Durante una entrevista telefónica con “Quinto Poder”, Raicer dijo que sigue recibiendo atención medica en ese hospital público, la cual consideró buena, pues “los doctores están al pendiente de su estado de salud”.
Según el reporte, “en términos generales se siente bien de salud, y agradecido con la atención que le han brindado hasta este momento, aunque él sabe que es poco”. No obstante, “lamentó que aún no lo hayan operado” de la pierna fracturada.
La nota destacó también el agradecimiento del cubano hacia el ingeniero contratista de la obra, quien lo ha visitado en el hospital casi a diario, y con la compañía para la que trabajaba, que “está comprando todos los medicamentos que requiere”.
Sin embargo, el periodista indagó sobre el proceso jurídico laboral por el accidente, a lo que el cubano respondió que no cuenta con nadie que pueda apoyarlo, pues se encuentra solo en esa ciudad fronteriza, y desconoce sus derechos laborales.
“Estoy en una situación crítica, sin familia, sin nada, porque no tengo a nadie, eso es lo único que puedo decir. Lo poquito que pueden hacer lo están haciendo”, afirmó Raicer, quien está consciente de que debería recibir una mejor atención médica, pero teme que dejen de brindársela.
El accidente laboral que sufrieron el cubano y el salvadoreño sacó a flote la realidad de miles de inmigrantes en esa región de México, donde las compañías, principalmente las de construcción, explotan la mano de obra barata de las personas de distintas nacionalidades que llegan a territorio mexicano.
“La realidad es que como es mano de obra barata, sin tantos compromisos, hay muchas constructoras que abusan de la necesidad de trabajo de estas personas. Las explotan, las someten a largar jornadas laborales por un sueldo raquítico, y peor aún, no cuentan con ninguna seguridad social”, expuso “Quinto Poder de México”.
En septiembre de 2023, Yadier Artiles Ravelo, un cubano recién llegado a Tapachula, también sufrió un grave accidente de trabajo, al ser impactado por cables de alta tensión que lo expulsaron de la altura donde estaba, provocándole severas lesiones en la columna vertebral.
Gerardo Oscar Fernández Rivery, un ingeniero cubano de 66 años, perdió la vida en febrero pasado, al caer del cuarto piso de una obra en construcción en República Dominicana.
En julio, Isnaldo Díaz, natural de Camagüey y padre de tres hijos menores de edad, falleció en Estados Unidos, tras electrocutarse mientras trabajaba.
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