Madre cubana denuncia lago de aguas negras frente a su casa en La Habana

En Cuba proliferan los vertederos, al tiempo que se multiplican los casos de dengue y fiebre de Oropouche.

Casa afectada por alcantarilla rota © Lara Crofs/Facebook
Casa afectada por alcantarilla rota Foto © Lara Crofs/Facebook

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Una madre de dos niños en el municipio de Centro Habana denunció que está viviendo en un lago de aguas negras desde hace tres meses por la obstrucción de una alcantarilla frente a su casa.

La activista Yamilka Lafita, conocida en Facebook como Lara Crofs, publicó el caso en su perfil y dijo que la vivienda, ubicada en la calle Desagüe esquina Oquendo, tiene un enorme charco de aguas albañales frente a la puerta de entrada.


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La familia, compuesta por la madre, su esposo y sus dos hijos, le contó que luego de que una alcantarilla frente a su casa quedara obstruida, viven entre aguas estancadas y basura acumulada, sin que las autoridades reaccionen.

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Su esposo y uno de sus hijos ya han contraído dengue, y proliferan mosquitos y otras plagas, explicó.

A pesar de los repetidos intentos de la mujer por solicitar ayuda a las autoridades competentes, nadie ha resuelto la situación.

Tanto el director como los inspectores de Aguas de La Habana en el municipio de Centro Habana, han ignorado las quejas presentadas, dijo la denunciante.

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La madre también contactó una brigada encargada de limpiar alcantarillas, que prometió enviar un camión de alta presión para destapar el drenaje, pero nunca cumplió su palabra.

"Me dijeron que mandarían el camión, pero nunca llegaron. Lo peor es que se reían cuando mencionaban mi situación. Ya no sé a dónde más ir", declaró la madre.

El post de Facebook denuncia que a la crisis con el drenaje se suma que la calle y sus alrededores están llenos de basura.

El régimen tiene un serio problema en la recolección de desechos sólidos que en algunos lugares como Santiago de Cuba ha llevado a los residentes a prenderles fuego a los basureros que proliferan por la ciudad.

Las autoridades sanitarias también afirman que no cuentan con combustible ni recursos para impulsar campañas de fumigación contra los mosquitos, a pesar de la circulación del dengue y la fiebre de Oropouche en la isla.

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