El candidato presidencial republicano, Donald Trump, expresó el miércoles su apoyo a la inmigración legal y a la seguridad fronteriza durante un foro con votantes latinos organizado por Univisión, en el que acusó a algunos países de enviar "enfermos mentales" a Estados Unidos.
Trump reiteró su crítica hacia la política migratoria del presidente Joe Biden, alegando que países como Venezuela "abren las prisiones y los manicomios" para enviar delincuentes a Estados Unidos, una afirmación que carece de fundamentos sólidos y que ha sido considerada un bulo.
En el foro, Trump defendió su propia política migratoria como un "éxito sin precedentes" y afirmó que Biden debió continuar con estrategias como la política de "Permanecer en México", que permitía devolver a México a los solicitantes de asilo mientras se resolvían sus casos.
Aseguró que, bajo su administración, la inmigración se llevaba a cabo de manera legal y efectiva.
También hizo hincapié en su promesa de llevar a cabo una deportación masiva de inmigrantes indocumentados, y subrayó la necesidad de que los inmigrantes lleguen de manera legal y no incluyan a criminales.
A pesar de sus afirmaciones, varios de sus comentarios fueron desmentidos por datos y estudios previos.
Entre las preguntas que respondió una estuvo vinculada con su afirmación previa de que los inmigrantes haitianos comen perros y gatos.
La pregunta la hizo José Saralegui, un mexicano de 67 años y residente en Arizona, que se autocalificó de republicano, pero ahora "indeciso".
El anciano se refirió a lo sucedido como "teorías de conspiración", dijo que las autoridades de Ohio están aclarando una y otra vez que los haitianos no se están comiendo a perros y gatos, y preguntó directamente al expresidente si creía en eso.
"Eso fue algo que se reportó, yo solo dije lo que se había reportado y también comían otras cosas que no se deben de comer... pero bueno, lo único que yo hago es reportar. Yo estuve ahí, vamos a volver a ir, vamos a revisar y te podré dar un reporte cuando lo haga, pero bueno eso es lo que apareció en los periódicos. Se reportó mucho", dijo Trump dando crédito y reafirmando su posición anterior.
Sin embargo, el candidato republicano no se quedó ahí, y a continuación hizo todo un alegato contra ciudades pequeñas de Estados Unidos que de repente se han visto invadidas por miles de migrantes, algo que dice que no puede ocurrir.
"En cuanto a Sprinfield, es una ciudad de 52,000 personas y han agregado casi 30,000 migrantes a la ciudad. Si tú eres una persona que vive ahí en Springfield, en Ohio, y de pronto ya no puedes acceder a un hospital, tus niños ya no pueden acceder a una escuela, ya no puedes comprar víveres, no puedes pagar la renta, si cualquier cosa de esas sucediera, sería un desastre para ti y eso no te gustaría", añadió.
"Nosotros queremos que nuestra gente esté sana y salva y que estén contentos. Springfield es un ejemplo perfecto: tienes una ciudad hermosa, pequeña, sin problemas, y de pronto 32 mil personas llegan a esa ciudad, la mayoría ni siquiera habla el idioma, no lo hablan y lo que están haciendo es que están buscando intérpretes", precisó.
Trump fue incluso más allá, y lo que comenzó siendo una pregunta sobre perros y gatos se convirtió en una reafirmación de su política antiinmigrante.
"No puedes llegar y destruir. No puedes poner en un periodo de tiempo tan corto a 32,000 personas en una ciudad de 50,000 y esperar que todo funcione bien. Es un desastre total. La gente que vive ahí quieren irse a vivir a otro lugar. No podemos dejar que eso pase en las ciudades de este país. No lo podemos permitir, no es sostenible", concluyó.
Además de la cuestión migratoria, Trump buscó atraer el voto latino prometiendo apoyo a las pequeñas empresas, atracción de inversiones, creación de empleos y reducción de la inflación mediante menores precios de energía. También destacó su reciente apoyo por parte de Elon Musk, magnate de SpaceX y Tesla, en sus esfuerzos por reducir los gastos del gobierno federal.
Con las elecciones del 5 de noviembre a la vista, Trump ha logrado disminuir la ventaja que los demócratas tenían sobre los republicanos en la intención de voto entre hispanos, lo que podría ser crucial para su campaña en estados clave como Arizona, Nevada y Pensilvania.
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