Jimmy Quiroga, reconocido orfebre cubano y conocido como el “mago de la joyería”, triunfa con su talento en Estados Unidos, en el más reciente último capítulo de una historia y legado familiar que comenzó en Galicia, España, se enraizó en La Habana, Cuba, y en la actualidad florece en Miami, Florida, desde 1960.
Quiroga contó a Telemundo que llegó a Estados Unidos con solo seis meses de edad, un país donde se ha labrado un camino de éxito en la orfebrería, destacándose por su habilidad para transformar cada pieza en una obra de arte.
Lo más leído hoy:
Con la colaboración de su esposa Vivian Quiroga, abogada de formación que se sumó al negocio familiar, Jimmy Quiroga Designs mantiene viva una herencia que abarca tres generaciones.
Relató que, desde su infancia, trabajando junto a su padre, desarrolló un amor por el diseño y la creación de joyas que hoy en día se refleja en cada uno de sus trabajos.
“Toda la vida yo estuve junto a mi padre. En aquel entonces se abría los sábados porque como fabricábamos para la joyería de la compañía, yo venía con él y me dejaba jugar con las piedras y diseñaba, fabricaba”, relató a Telemundo.
En el taller Jimmy Quiroga Designs, ubicado en Miami, se pueden encontrar fotografías que testimonian la rica historia de la familia Quiroga, y donde cada cliente encuentra atención personalizada para dar forma a sus deseos.
Para él, cada pieza es una obra de arte y su misión es clara: materializar los sueños de sus clientes, haciendo de sus historias personales un tesoro único.
Sus creaciones, como los anillos de matrimonio, simbolizan la continuidad de generaciones y la felicidad de los momentos más importantes en la vida de las personas.
“Una de las cosas que más me gusta es hacer los anillos de matrimonio, porque siempre traen tanta felicidad para las personas que para mí eso es divino”, apuntó.
Pero en el arte de hacer este tipo de joya encuentra también otro motivo de felicidad: “Hice los anillos de mis clientes, y ahora estoy haciendo los anillos de sus hijos, estoy viendo dos generaciones diferentes, y tengo la dicha de poderlo hacerlo”, recalcó.
Jimmy y Vivian han convertido su taller en un espacio donde tradición, arte y familia se unen, perpetuando un legado que empezó en Europa y ahora brilla con luz propia en Miami.
Los cubanos a menudo encuentran fuera de su país natal el escenario para realizarse profesionalmente.
Dos cubanas residentes en Tampa, Florida, con solo dos años de vivir en Estados Unidos, se aventuraron a montar un food truck, una experiencia que han compartido en las redes sociales para inspirar a otros compatriotas.
Una de ellas, que sirve también de “anfitriona” en cada episodio publicado en TikTok (@lacalientefoodtruck), explicó que esta historia es de superación: “Con solo dos años en Estados Unidos comenzamos nuestro propio negocio de food truck en Tampa”.
Ariel Valdés Pinto, natural de Mayajigua, Sancti Spíritus, triunfa en Tenerife con un puesto de guarapo elaborado a partir de caña de azúcar que él mismo corta a la antigua usanza: con un machete.
Su guarapo lo vende al natural y también con limón, menta, maracuyá, tuno indio (higo tinto, un superalimento) y ron.
En los videos que comparte en TikTok, este campesino cubano cuenta que corta la caña a las siete de la tarde, para que llegue fresca al día siguiente a su puesto de guarapo, en Tacoronte, un municipio de Santa Cruz de Tenerife, en la Isla de Tenerife, una de los siete archipiélagos que componen las Islas Canarias.
Archivado en: