¿Qué está pasando con los apagones en Cuba?

La crisis energética en Cuba se agrava en 2024 con apagones de hasta 24 horas por infraestructura obsoleta y mala gestión. Protestas crecen y el sistema eléctrico colapsa sin soluciones claras a la vista.

Isla de Cuba apagada © Satellite tracker
Isla de Cuba apagada Foto © Satellite tracker

La crisis energética en Cuba se ha intensificado durante 2024, afectando la vida cotidiana y la economía nacional. Los apagones, que en algunas zonas duran hasta 24 horas, son el resultado de una combinación de infraestructura obsoleta, falta de inversión y problemas de gestión. Este artículo detalla el desarrollo de esta crisis desde julio hasta noviembre de 2024.

Primer semestre de 2024: Inicio de la crisis

En los primeros meses del año, los cubanos notaron un aumento en los apagones, especialmente en provincias orientales. En marzo, la Central Termoeléctrica Antonio Guiteras sufrió averías, dejando sin electricidad a varias provincias. La situación empeoró en mayo y junio, con apagones de hasta 12 horas diarias en algunas zonas. Las autoridades implementaron medidas de ahorro, pero el déficit de generación ya era insuficiente para cubrir la demanda.

Julio 2024: La crisis se intensifica

En julio, los apagones se volvieron constantes. En Santiago de Cuba, la producción industrial se vio afectada, mientras que en Camagüey y Holguín algunos ciudadanos protestaron públicamente. La Unión Eléctrica de Cuba (UNE) reportó un déficit de generación, aumentando las interrupciones en todo el país. En zonas rurales, como en Holguín, las escuelas suspendieron clases por falta de electricidad.

Agosto 2024: Un verano sin respiro

En agosto, la demanda de electricidad aumentó, intensificando la crisis. La Unión Eléctrica de Cuba (UNE) informó un déficit de 1,200 MW, lo que obligó al racionamiento de electricidad en diversas provincias. En varias áreas urbanas y rurales, el servicio se interrumpió por hasta 18 horas consecutivas, afectando hospitales y el almacenamiento de alimentos. Muchos ciudadanos recurrieron a soluciones alternativas, como el uso de carbón y queroseno para cocinar.

Septiembre 2024: Crecen las protestas

En septiembre, los apagones superaron las 20 horas diarias en provincias como Santiago de Cuba y Holguín, provocando un aumento de las protestas. Las autoridades atribuyeron al embargo como una de las causas del desabastecimiento, pero la justificación no calmó a la población. En La Habana, se implementaron cortes rotativos para distribuir el impacto de los apagones, mientras en redes sociales la frustración crecía.

Octubre 2024: Colapso del sistema eléctrico

En octubre, el sistema eléctrico cubano sufrió un colapso. La Central Termoeléctrica Antonio Guiteras quedó fuera de servicio nuevamente, desencadenando un apagón masivo en casi toda la isla. Las autoridades intentaron restablecer el suministro, pero varias provincias quedaron sin electricidad por más de 24 horas. La UNE implementó “microsistemas” de generación para priorizar hospitales y servicios esenciales. En Santiago de Cuba y Holguín las protestas se intensificaron, con manifestaciones en zonas rurales.

Noviembre 2024: Sin soluciones a la vista

A inicios de noviembre, la crisis energética seguía sin mejorar. La Unión Eléctrica de Cuba (UNE) advirtió sobre un déficit de hasta 1,500 MW durante el horario pico, afectando severamente las provincias centro-orientales. En Villa Clara, casi todos los circuitos residenciales quedaron sin electricidad durante días. El ministro de Energía, Vicente De La O Levy, admitió que el sistema eléctrico cubano es “frágil”. Sin un plan de contingencia claro, la población sigue enfrentando apagones diarios.

Un sistema eléctrico en colapso

El Sistema Eléctrico Nacional (SEN) enfrenta una crisis estructural por años de desinversión y falta de mantenimiento. Las principales termoeléctricas operan con equipos anticuados y sufren averías constantes. Aunque el gobierno ha atribuido la crisis al embargo, el sistema necesita una modernización urgente.

Impacto en la vida diaria y el turismo

Los apagones afectan no solo a la población cubana, sino también a visitantes extranjeros. En octubre, varios turistas quedaron atrapados en el país debido a los cortes. La crisis también ha impactado sectores clave como la salud y la alimentación, con problemas de refrigeración de medicamentos y alimentos. La falta de electricidad obliga a muchos ciudadanos a buscar métodos alternativos para tareas básicas.

Respuestas y justificaciones oficiales

El gobierno cubano, encabezado por Miguel Díaz-Canel, ha intentado justificar los apagones como resultado de las restricciones externas. Sin embargo, estas explicaciones no han calmado a la población, que exige soluciones concretas. En redes sociales, los ciudadanos expresan su frustración y demandan que el gobierno asuma responsabilidad.

Un futuro incierto

La situación energética en Cuba evidencia la vulnerabilidad del sistema eléctrico y la falta de una estrategia para enfrentar los problemas de generación. A pesar de las promesas de estabilidad en el suministro, los apagones persisten, y la frustración de la población aumenta. La isla necesita inversiones urgentes en infraestructura y una gestión efectiva que ofrezca soluciones a largo plazo, pero la mejora no parece cercana. Los cubanos enfrentan la incertidumbre de un sistema en crisis que ha pasado de ser un inconveniente a un desafío nacional.

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