El turismo en Cuba continúa enfrentando una crisis prolongada y 2024 promete ser otro año difícil, advirtió el economista Pedro Monreal tras consultar los datos preliminares disponibles hasta septiembre.
Según esa información, el número de visitantes extranjeros a la isla no solo se mantiene a la mitad de los niveles registrados en el mismo período de 2017-2019, sino que también ha caído un 9,5% en comparación con el año pasado.
Los números provisionales correspondientes a octubre, aún no publicados oficialmente, apuntan a una caída en el flujo de turistas en comparación con el mismo mes de 2023, lo que refuerza la tendencia negativa que ha caracterizado al sector desde hace años, indican las gráficas analizadas por Monreal.
Los tres principales mercados emisores tradicionales para Cuba —Canadá, la Comunidad Cubana en el exterior y Estados Unidos— continúan concentrando alrededor del 60% del total de los turistas que llegaron a la isla entre enero y septiembre de 2024.
Sin embargo, en los tres casos, las cifras son inferiores a las de 2023, lo que subraya la falta de recuperación del sector. En contraste, Rusia ha experimentado un crecimiento sostenido y se ha consolidado como el tercer mercado emisor más importante, aunque aún está lejos de compensar las caídas de los mercados tradicionales, explica el economista.
El panorama para el turismo cubano es sombrío, con una falta de perspectivas claras de recuperación que ya suma varios años: en 2023 la isla alcanzó 3.2 millones de turistas internacionales cuando aspiraba a recibir 3.5 millones, un 30% por debajo de sus previsiones. En 2022 Cuba recibió 1.6 millones de una previsión de 2.5 millones.
Monreal explica que la desproporcionada inversión pública y privada en el sector turístico plantea interrogantes sobre el uso de recursos escasos que podrían emplearse en sectores más urgentes.
Los elevados costos de infraestructura y la expansión de la capacidad turística sin una demanda sólida podrían derivar en una sobreoferta que, a su vez, podría llevar a una reducción de precios y a una menor rentabilidad, dificultando la amortización de las inversiones, aclara.
El pasado año Monreal afirmó que la crisis energética de Cuba responde a una decisión política, que prioriza los recursos disponibles al desarrollo inmobiliario para el turismo en detrimento de los servicios básicos.
De acuerdo con el reconocido especialista, la decisión de invertir en uno y otro sector es una decisión de quienes dirigen el país, donde los frecuentes apagones se han vuelto insostenibles para las familias.
"La falta de recursos influye en la inversión, pero un cambio sostenido del peso relativo de sectores indica una decisión política: priorizar recursos disponibles a favor de actividad inmobiliaria (que incluye turismo) en detrimento de servicios básicos (electricidad, gas y agua)", posteó en su perfil oficial de Twitter.
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