La noche electoral en Estados Unidos finalizó con una celebración en la residencia de Mar-a-Lago, donde el candidato Donald Trump recibió a más de 4,000 personas en una fiesta que marcó su regreso triunfal a la Casa Blanca, según proyecciones.
Trump, que se mostró optimista desde el inicio de la jornada, celebró la ventaja amplia obtenida en el Colegio Electoral y en el voto popular, confirmando una victoria menos reñida de lo que muchos analistas anticipaban.
La celebración en su mansión en Miami contó con la presencia de destacadas figuras de los medios y del mundo empresarial, destacándose especialmente Elon Musk y Dana White, quienes estuvieron a su lado durante la velada.
Musk, propietario de Tesla y de la red social X (anteriormente conocida como Twitter), fue una de las figuras más activas en redes sociales y apoyando financieramente la campaña del republicano.
En las horas previas a la confirmación oficial de los resultados, Musk mostró su respaldo en la plataforma y llegó a anticipar la victoria republicana incluso cuando aún quedaban estados por cerrar el conteo. Este gesto generó críticas y controversia, ya que el multimillonario no dudó en dar por concluida la elección cuando aún se desarrollaban procesos de recuento en varios territorios.
Con su apoyo visible y constante en X, Musk desempeñó un papel clave en la amplificación de la campaña de Trump, logrando movilizar a miles de seguidores y simpatizantes de la ideología conservadora.
Dana White, presidente de la UFC y amigo cercano de Trump, también destacó en la velada. White ha sido un aliado constante de Trump en sus apariciones públicas y ha respaldado abiertamente su candidatura, defendiendo sus propuestas y políticas.
Su presencia en la celebración simbolizó el respaldo que figuras influyentes en el deporte y el entretenimiento han ofrecido al expresidente, consolidando su imagen de liderazgo y su conexión con figuras prominentes de diferentes sectores.
La fiesta en Mar-a-Lago se desarrolló en medio de aplausos y discursos de figuras del entorno cercano de Trump, quienes celebraron su regreso al escenario político.
La atmósfera fue de victoria y de promesas de "restaurar la grandeza de Estados Unidos", un mensaje que Trump ha mantenido como eje central de su campaña. Este evento marca no solo un hito electoral, sino el inicio de una nueva etapa para el Partido Republicano, respaldado por una base de apoyo sólida y la presencia de aliados poderosos en sectores clave de la economía y la cultura popular.
Donald Trump ganó Florida con el 54.8% de los votos, asegurando sus 30 votos electorales, en parte gracias al apoyo de votantes hispanos de países como Cuba y Venezuela. También triunfó en Oklahoma, Misisipi y Alabama.
En su celebración en Mar-a-Lago, Trump estuvo acompañado de miles de seguidores que previamente se congregaron en el Centro de Convenciones de Palm Beach bajo estrictas medidas de seguridad para esperar los resultados.
Trump se impuso también en el condado de Miami-Dade, ganando allí por primera vez desde 1988 gracias al apoyo de la comunidad cubanoamericana.
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