Al menos 461 derrumbes, totales o parciales, se han registrado hasta el momento por el azote del potente huracán Rafael a La Habana, según un informe preliminar dado a conocer por autoridades de la capital cubana este jueves.
“La Habana quedó fuertemente impactada”, afirmó en conferencia de prensa la gobernadora de la provincia, Yanet Hernández, y precisó que los daños en viviendas y otras edificaciones incluyeron caídas de paredes, escaleras y cubiertas ligeras desprendidas. Sin embargo, no reveló la cantidad de derrumbes totales que ocurrieron.
Hernández señaló que se contabilizaron 495 postes eléctricos derribados y numerosos árboles caídos, a causa de los vientos del meteoro, según la agencia de noticias EFE.
Las autoridades cubanas no han reportado fallecidos en las provincias en las que se concentraron los mayores daños del huracán -Artemisa, La Habana y Mayabeque-, donde residen más de cuatro millones de personas, más de dos millones de ellas en la capital del país.
En un informe preliminar de este jueves en la mañana, el gobierno cubano reveló que en la provincia de Artemisa se han registrado “las mayores afectaciones, sobre todo en hospitales, escuelas, servicentros, viviendas, techos y el tendido eléctrico”.
Según esa información inicial, hasta entonces se habían contabilizado en La Habana daños en unas 77 viviendas, 21 centros educativos y siete hospitales, además de en las conexiones eléctricas y el arbolado de la ciudad.
Mientras, en Mayabeque, los principales perjuicios se registraron en la agricultura, en los cultivos de plátano y yuca; y en la Isla de la Juventud hubo “daños leves” en viviendas y edificaciones estatales, con las mayores afectaciones en el destino turístico Cayo Largo del Sur. En la provincia de Pinar del Río no se reportaron daños, según las autoridades cubanas.
La gobernadora habanera afirmó en la rueda de prensa que se evacuó a 98,345 personas a centros de protección que se prepararon en la capital y a viviendas de familiares y amigos.
No obstante, hubo personas que tuvieron que ser rescatadas en medio de los embates del ciclón, a causa de derrumbes en sus casas.
Hernández se refirió, además, a los trabajos de recuperación en La Habana, que incluyen la recogida de desechos y la limpieza de los accesos a los aeropuertos y terminales de ómnibus y trenes. Asimismo, anunció la reanudación de las operaciones en el Aeropuerto Internacional José Martí y otros, como el “Juan Gualberto Gómez”, en Varadero, provincia de Matanzas.
Acerca de los apagones, la funcionaria afirmó que se trabaja para restablecer el servicio, pero “es una tarea difícil sobre todo por los tendidos eléctricos caídos”, apuntó EFE.
Horas antes de que el huracán tocara tierra cubana, se produjo la desconexión total del Sistema Eléctrico Nacional (SEN).
Según un comunicado de la Unión Eléctrica (UNE), a las 2:48 p.m. del miércoles, los fuertes vientos asociados al ciclón, que había alcanzado gran intensidad en su avance hacia el occidente de Cuba, provocaron la salida de servicio del SEN, en el segundo apagón masivo registrado en el país en menos de tres semanas.
En la tarde de este jueves, se restableció un subsistema eléctrico que cubre desde Matanzas hasta Holguín, mediante la incorporación de termoeléctricas, Energas Varadero y centrales de generación distribuida en esas regiones.
Sin embargo, las provincias de La Habana, Mayabeque y Artemisa siguen sin electricidad y, según las autoridades, se estaba evaluando las redes de transmisión y trabajando en la revisión de las líneas afectadas, para reponer el servicio en el menor tiempo posible. Los fuertes vientos del ciclón destruyeron varias torres de alta tensión situadas en la autopista Habana-Artemisa.
El huracán Rafael, el segundo que azota a Cuba en poco más de 15 días, ha asestado otro duro golpe al país, con una economía en ruinas por la profunda crisis que atraviesa desde hace al menos un lustro.
Durante la tarde-noche de este miércoles, el ciclón cruzó el extremo occidental de la isla, de sur a norte, primero como huracán de categoría 3 en la escala Saffir-Simpson -de un máximo de 5- y degradado luego a la 2. Sus vientos máximos sostenidos llegaron a alcanzar los 185 km/h y las precipitaciones hasta los 200 litros por metro cuadrado, dejando vastas inundaciones y gran destrucción por doquier.
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