La transportación de pasajeros en el ferry Perseverancia entre el puerto de Batabanó, en la provincia de Mayabeque, y el municipio especial Isla de la Juventud se restableció este domingo, luego de varios días interrumpida por el impacto del huracán Rafael en el occidente de Cuba.
El ministro de Transporte, Eduardo Rodríguez Dávila, anunció en redes sociales el atraque del barco en Surgidero de Batabanó esta tarde, con lo cual se reanudó la transportación marítima de pasajeros entre ambos puestos, tras el paso del ciclón.
“Se habían tomado todas las medidas para evitar que el ferry atracara con sus motores encendidos, para evitar que estos, la propela y la hélice sufrieran impactos por chocar con el fondo, lo que ocurrió más de una vez”, explicó el funcionario.
“Fue una maniobra de una media hora de duración, más de lo habitual, y con el apoyo de un remolcador, lo que estaba previsto”, dijo. “Ya los 410 pasajeros han descendido y en un par de horas el ferry debe hacer la trayectoria inversa hacia la Isla de la Juventud”.
Rodríguez destacó “la pericia y acción coordinada de los capitanes del ferry, Cristóbal Jorge Gómez, y del remolcador Polar 11, Juan Rafael Ameijeiras, y sus tripulaciones”, para solucionar “la ligera varadura que se enfrentó por esta importante embarcación a unos metros de la losa del muelle de atraque”.
El dirigente aseguró que se adoptaron “medidas especiales” después de que este sábado buzos de Antillana de Salvamento y especialistas de GEOCUBA realizaran un monitoreo subacuático, con el fin de “evaluar el efecto de acumulación de sedimentos tras el paso del huracán Rafael en el fondo del canal de entrada del puerto”.
Según el ministro de Transporte, la experiencia de este primer viaje luego del huracán Rafael será sometida a un “profundo análisis” por especialistas de seguridad marítima, para adoptar decisiones que permitan “evitar accidentes con peligro para los pasajeros y daños a tan importante medio de transporte”.
Horas antes, había informado que el puerto de Batabanó estaba funcionando de nuevo, tras haber estado paralizadas sus operaciones durante varios días a causa del impacto del huracán.
El puerto estuvo inhabilitado por “la pérdida o desplazamiento de algunas boyas”, como consecuencia del ciclón, lo cual impidió la transportación de pasajeros hacia y desde la Isla de la Juventud.
Rodríguez indicó que la empresa estatal GEOCUBA y otras del Grupo Empresarial Marítimo Portuario (GEMAR) trabajaron “con celeridad en reubicar las boyas y recuperar el funcionamiento del puerto”, para posibilitar que este domingo en la tarde el ferry Perseverancia atracase en Surgidero de Batabanó y con ello se retomara la conexión con la Isla de la Juventud.
El jueves, el barco retornó al río Las Casas, en Nueva Gerona, “sin daño alguno”, según afirmó el ministro, luego de permanecer resguardado en la ensenada de La Siguanea, ante el azote del huracán.
Horas después del evento meteorológico, el funcionario informó en redes sociales que el ferry, los tres catamaranes y el puerto de la Isla de la Juventud se encontraban en “condiciones positivas”.
Aseguró que ni el puerto de Gerona ni las embarcaciones atracadas allí sufrieron daños significativos con el paso del ciclón por las proximidades del municipio especial.
El huracán Rafael, el segundo que golpeó a Cuba en poco más de 15 días, asestó otro duro golpe al país, en medio de la severa crisis económica que atraviesa desde hace un lustro.
Las mayores afectaciones se registraron en las provincias de Artemisa y La Habana, con derrumbes y daños severos en viviendas y otras edificaciones, las redes eléctricas y telefónicas, principalmente.
El paso del huracán Rafael provocó severos daños a la agricultura en las provincias de Artemisa y Mayabeque, dos de las mayores productoras de alimentos en Cuba. Las pérdidas son especialmente graves en Artemisa, donde se reportaron daños en el 100% de las 9,000 hectáreas de plátanos cultivadas.
Durante la tarde-noche del 6 de noviembre, el ciclón cruzó el extremo occidental de la isla, de sur a norte, primero como huracán de categoría 3 en la escala Saffir-Simpson -de un máximo de 5- y degradado luego a la 2. Sus vientos máximos sostenidos llegaron a alcanzar los 185 km/h y las precipitaciones hasta los 200 litros por metro cuadrado, dejando vastas inundaciones y gran destrucción por doquier.
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